La Guardia Civil se pondrá bajo el mando de Defensa en caso de 'amenaza grave'

La Guardia Civil actuará como 'fuerza armada', bajo la dependencia exclusiva del ministro de Defensa, en misiones internacionales como las que ahora cumple en la ex Yugoslavia y también 'en situaciones de riesgo que puedan suponer una amenaza grave para los intereses de la defensa nacional en el marco de una gestión de crisis', según el decreto que ultiman Defensa e Interior. El decreto desarrolla las misiones militares de la Guardia Civil, previstas en la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en la Ley Orgánica de Criterios Básicos de la Defensa Nacional.

El Gobierno se propone desarrollar las 'misiones militares' de la Guardia Civil, que justificarían legalmente su carácter militar y hasta ahora sólo están enunciadas en las citadas leyes orgánicas, que llevan 15 y 17 años en vigor, respectivamente.

La creciente presencia internacional de la Guardia Civil ha llevado a los ministerios de Defensa e Interior a ultimar un decreto que dé cobertura a estas operaciones y prevea también su 'colaboración con las Fuerzas Armadas en tiempo de paz'.

Según el proyecto de decreto, el objetivo de dichas misiones será 'complementar a las Fuerzas Armadas', con las capacidades específicas de la Guardia Civil, tanto en territorio español como 'en aquellos escenarios derivados de la participación de España en misiones internacionales'.

La colaboración en suelo español se producirá cuando exista una 'amenaza grave para los intereses de la Defensa Nacional', en el marco de una crisis.

En concreto, la Guardia Civil podrá colaborar a la defensa del territorio nacional, así como del mar territorial y del espacio aéreo; desempeñar funciones de policía militar; colaborar en actividades de inteligencia y contrainteligencia de los cuarteles generales de las Fuerzas Armadas; participar en los órganos encargados de realizar actividades de cooperación cívico-militar y cualquier otra misión que se le encomiende.

La atribución de misiones militares a la Guardia Civil será ordenada por el Gobierno o el ministro de Defensa, aunque en este último caso el titular de Interior deberá dar su acuerdo.

En el desempeño de misiones de carácter militar, los guardias civiles estarán bajo el mando del ministro de Defensa, aunque orgánicamente seguirán dependiendo de su director general. La atribución de misiones militares podrá hacerse individualmente a miembros del cuerpo o a unidades completas, que se encuadrarán en la estructura de mando operativo de las Fuerzas Armadas. Para ello se realizará la correspondiente transferencia de autoridad, que especificará las condiciones de la cesión y su duración, que será como máximo de un año, aunque podrá prorrogarse.

Los guardias civiles que cumplan misiones militares llevarán un distintivo especial en su uniforme y tendrán el carácter de 'fuerza armada', aunque conservarán su condición de 'agentes de la autoridad'. Es decir, podrán practicar detenciones, lo que está vedado a los miembros de las Fuerzas Armadas.

Aunque encuadrados en unidades militares, los agentes seguirán sometidos en todo caso a su propio régimen disciplinario, distinto del militar.

La Guardia Civil actuará en estas misiones con su armamento, material y equipo propios. En caso de que fuera insuficiente, el Ministerio de Defensa deberá suministrarle el necesario.

Para garantizar la coordinación, se creará un grupo conjunto entre los departamentos de Defensa e Interior, que evaluará la aportación de la Guardia Civil a cada misión concreta y estudiará posibles prórrogas.

Los costes de la participación de la Guardia Civil en misiones militares serán sufragados por el Ministerio de Defensa, según el proyecto de decreto. Hasta ahora, el instituto armado costea con cargo a su presupuesto ordinario la participación en misiones internacionales, mientras que las Fuerzas Armadas disponen de un crédito ampliable sin límite para hacer frente a las mismas.

Una disposición adcional señala que, en tiempo de guerra o estado de sitio, el ministro de Defensa podrá encomendar también misiones a la Guardia Civil, que actuará bajo el mando de la autoridad militar designada legalmente. Sin embargo, es improbable que la guerra o el estado de sitio lleguen a declararse, ni siquiera en caso de conflicto, por lo que el decreto permite de forma flexible que la Guardia Civil asuma misiones militares 'en tiempo de paz'