Mohamed VI aún no ha invitado a ningún monarca europeo a los festejos de su boda en Marraquech

Cuando faltan diez días para que empiecen en Marraquech las celebraciones de la boda de Mohamed VI con Salma Bennani -la ceremonia religiosa tuvo lugar en Rabat el 21 de enero- la Casa del Rey de España no ha recibido ninguna invitación, al igual que las principales familias reales europeas, según aseguran fuentes diplomáticas.

La inminencia de los festejos hace prever que el palacio real marroquí no les invitará y que, en el mejor de los casos, sólo estarán presentes en la fiesta un puñado de amigos extranjeros del soberano alauí.

'No se trata de ningún desplante', asegura un diplomático español. 'El monarca ha optado por un formato mesurado a la hora de cursar las invitaciones', añade.

Entre las razones que han podido incitarle a ser circunspecto figura, sin duda, la grave situación que atraviesa Palestina. El rey, que es presidente del Comité Al Qods, que defiende el carácter árabe de Jerusalén, ha desempeñado estos días una intensa actividad para tratar de detener la ofensiva israelí contra Yasir Arafat.

El domingo, Mohamed VI fue el primer dirigente árabe que llamó al primer ministro israelí, Ariel Sharon, para pedirle que detenga los brutales ataques contra los palestinos. 'En estas circunstancias, la fiesta de Marraquech debe ser comedida', afirma un diplomático marroquí.

Posteriormente, el soberano marroquí envió sendos mensajes al secretario general de la ONU, Kofi Annan, y al presidente de turno de la Unión Europea, José María Aznar, para infomarles de lo tratado con Sharon.

Ayer se produjeron en Rabat y Casablanca varias pequeñas manifestaciones espontáneas de apoyo al pueblo palestino, según informa la agencia France Presse. El 7 de abril ha sido convocada en la capital marroquí una gran manifestación que, a diferencia de las anteriores, será autorizada por el Ministerio del Interior.