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La nieve y el turismo rural vencen a la playa como destino turístico

La lluvía y el frío reducen la ocupación prevista en la costa durante la Semana Santa

Éxito en las zonas de montaña y lleno sin rebosar en las playas. Éste es el primer balance de una Semana Santa marcada por un tiempo inusual en estas festividades. El sector turístico se mostraba muy satisfecho en Lleida, en especial en los lugares vinculados a la nieve y al turismo rural, y menos satisfecho en las costas Brava y Daurada. En esta última, muy castigada por el frío y la lluvia, la ocupación rondó el 85%, un porcentaje inferior al del año pasado.

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La ocupación turística en el Pirineo de Lleida ha rozado el pleno durante las fiestas de Semana Santa. El Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida calcula que más de 100.000 personas han pasado sus vacaciones en las comarcas de montaña, principalmente en las localidades próximas a las cinco estaciones de esquí alpino que aún tienen abiertas las instalaciones.

El buen tiempo en estas zonas ha hecho que las previsiones fueran superadas por la realidad. El esquí, los deportes de aventura y otras actividades en contacto con la naturaleza han ejercido una vez más de atractivo para los miles de personas que han llenado los establecimientos hoteleros, campings y casas de turismo rural de todo el Pirineo. En las comarcas de la Val d'Aran, el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, la Alta Ribagorça y el Alt Urgell, la ocupación hotelera ha oscilado entre el 90% y el 100%.

En zonas de la Val d'Aran y la Alta Ribagorça muchos turistas que no habían efectuado la reserva de hotel tuvieron que ser desviados el pasado jueves hacia establecimientos franceses porque no quedaba una cama libre en ninguna de las dos comarcas.

La estación más concurrida ha vuelto a ser Baqueira Beret, donde el último fin de semana han esquiado entre 8.000 y 10.000 personas. Está previsto que todas las estaciones de Lleida cierren definitivamente el próximo día 7, excepto Port Ainé, que lo hará el día 14. Una vez contabilizados los 150.000 forfaits despachados durante estas fiestas, las estaciones leridanas superarán la barrera de 1.200.000 billetes vendidos el año pasado.

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Deportes de aventura

El Patronato de Turismo de Lleida calcula que el negocio generado durante estas vacaciones ha sido de 25 millones de euros (unos 4.200 millones de pesetas).

La nieve ha tenido en los deportes de aventura el mejor complemento. Las 40 empresas especializadas en la organización de actividades de riesgo han realizado estos días más de 10.000 servicios, llevándose la palma los descensos de rafting en los ríos Noguera Pallaresa, Garona y Segre; los vuelos en ala delta y parapente en la zona del Montsec, y las excursiones a caballo o bicicleta.

La nieve ganó claramente la partida a la arena en los destinos de las vacaciones de Semana Santa también en las comarcas de Girona. Mientras que las estaciones de esquí coronaban una de las mejores temporadas de los últimos años, las zonas costeras veían cómo las reservas de última hora con las que confiaban remontar una Semana Santa que ha llegado demasiado pronto en el calendario no eran ni mucho menos las esperadas. La ciudad de Girona, en cambio, ha visto cómo los hoteles de categoría media se llenaban por completo.

El mal tiempo hizo que se cancelaran muchas reservas en las zonas costeras y también en casas rurales del interior, una forma de turismo que vive un periodo de esplendor y que tenía previsto llenar todas sus plazas. Los campings sufrieron una menor afluencia a causa de las lluvias. En el centro y el norte de la Costa Brava, donde abunda el turismo de segunda residencia, es donde menos se notaron los efectos de la climatología.

La celebración de la famosa procesión de Verges, el jueves, y de la de Girona, el viernes -que finalmente fue suspendida por el mal tiempo-, motivó que la mayoría de los hoteles de la ciudad del Onyar estuvieran al completo. Barceloneses, vascos, valencianos y franceses del sur constituyen la principal clientela de una ciudad que ha conseguido ponerse de moda.

Josep Carreras, propietario del hotel Europa, asegura que la ciudad de Girona ha vivido 'uno de los años más brillantes' en las vacaciones de Semana Santa. Días antes, la ciudad había recibido también a numerosos grupos estudiantiles que habían escogido la ciudad como destino turístico de fin de curso.

Lloret de Mar, que concentra el mayor número de plazas hoteleras de la Costa Brava, ha sido uno de los núcleos turísticos más afectados por el mal tiempo. En algunos casos, la ocupación ha caído hasta un 20% con respecto al año pasado.

Responsables del sector turístico de la Costa Daurada cifran la ocupación registrada en los últimos días de Semana Santa en un 85%, una cantidad inferior a la del año pasado, en que se registró un lleno casi absoluto aun cuando la oferta de plazas hoteleras y de camping era mayor, y responsabilizan de ello tanto al avance en dos semanas de los días festivos como a las previsiones meteorológicas que no han acompañado al destino de playa. El presidente de la asociación de hoteleros de Salou- Cambrils, La Pineda, Salvador Pellicer, explicó que los primeros días de la semana la ocupación rondó el 70% debido a la competencia de los destinos de nieve, aún operativos.

Ha sido esta competencia la que motivó que algunos de los establecimientos hoteleros de la zona no abrieran, por lo que la oferta de 26.000 camas que se realizó el año pasado quedó reducida éste a 22.000. Entre otras causas, el adelanto de las fiestas ha coincidido con que los operadores turísticos internacionales no trabajan de forma masiva con destinos en la Costa Daurada hasta mediados del mes de abril. El sector confiaba en el mercado nacional, que no realiza reservas hasta el último momento, para llenar sus establecimientos, cosa que no ha sucedido hasta el último fin de semana festivo, cuando la ocupación ha sido de entre el 80% y el 85%. En todos los hoteles había plazas libres. Pese a la disminución de clientes y a no llegar nunca a rozar el lleno absoluto, Pellicer asegura que no se puede hablar de una temporada mala.

Información elaborada por Lluís Visa, Gerard Bagué y Lali Cambra.

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