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Columna
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El dictamen

La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) ha hablado y ha señalado con su dedo sabio: 'Ésta es la lengua de los valencianos. Y no es otra que la que viene usando la Generalitat desde 1983'. ¡Alabado sea Dios! A partir de este momento, los valencianos dejarán de pelearse por un acento de más o de menos, por una desinencia verbal o una preposición. La lengua, nuestro valenciano, lo teníamos enfrente de nosotros: nuestra lengua y la forma de escribirla no es otra que la lengua en que se escribe y publica el Diario Oficial de Generalitat o los Diarios de Sesiones de las Cortes Valencianas, por ejemplo. Por tanto, durante los últimos 20 años, mientras el Consell y las Cortes iban produciendo y editando centenares de documentos escritos en la 'verdadera lengua', el vecindario, debida y certeramente manipulado por los poderes mediáticos de la carcundia capitalina y los políticos de la espardenya, se manifestaba 'en defensa del valenciano' frente a una lengua 'invasora'. Medio millón de personas -¡ya sería algo menos!- según el periódico que dirigía la gran manipuladora que este país ha padecido, salieron un día memorable de 1997, si la memoria no me falla, a gritar en favor de 'la lengua valenciana'. Sucedía, sin embargo, que mientras aquellas pobres gentes gritaban en la calle, en las dependencias oficiales del Consell o de las Cortes se trabajaba, se escribía y se publicaba en la verdadera lengua de los valencianos según acaba de señalar y dictaminar muy certeramente la AVL. Porque no podía ser de otra manera. Ya, en los primeros años de la postguerra, llegamos al consenso de cómo escribir la lengua y mantenerla dentro de la unidad. Los jóvenes que entonces empezábamos a escribir lo hicimos siguiendo los pasos que marcaban Carles Salvador desde Lo Rat Penat y Xavier Casp y Miquel Adlert desde su Editorial Torre. En aquellos años se actualizaron y pusieron al día las Normes de Castelló y se puso punto final a las discusiones sobre la lengua. La lengua que ha venido utilizando la Generalitat es la misma en que hemos venido escribiendo desde aquellos años quienes hemos querido cultivarla. Esperemos que no se vuelva a las andadas.

fburguera@inves.es

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