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El obispo de Girona regaña a sus curas críticos con el celibato

El obispo de Girona, Carles Soler, ha reconocido que le duele el malestar del pueblo y la imagen de desunión que han reflejado los medios de comunicación a raíz del controvertido documento del Foro Joan Alsina, un colectivo que agrupa a un tercio de los sacerdotes en activo de la diócesis y que reclama más democracia interna en la Iglesia, mayor dedicación a los pobres y la instauración del sacerdocio femenino y el celibato opcional.

A través de una carta dirigida a los sacerdotes de la diócesis con motivo de la Semana Santa, Soler recuerda que 'la misión de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita y transmitida ha sido confiada únicamente al magisterio viviente de la Iglesia, la autoridad del cual se ejerce en nombre de Jesucristo'.

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La carta, divulgada por una web de católicos conservadores, denota el malestar del obispo por la gran repercusión que ha tenido el manifiesto. 'Como habéis podido constatar, yo me he abstenido de comparecer en la plaza pública -las páginas de los periódicos, los espacios radiofónicos y televisivos e incluso Internet- para debatir cuestiones eclesiales con mis hermanos presbíteros', afirma el prelado.

Opción voluntaria

Soler recuerda a los 71 firmantes del documento que los obispos escogen para la misión eclesiástica 'a quienes previamente han aceptado vivir en celibato su vida cristiana y así lo ratifican públicamente antes de ser ordenados diáconos'.

Respecto al sacerdocio femenino, Soler recuerda que 'Pablo VI ya declaró repetidamente que la Iglesia no se considera autorizada a admitir a las mujeres en la ordenación sacerdotal'. Reproduce también unas palabras de Juan Pablo II: 'Declaro que la Iglesia no tiene de ninguna de las maneras la facultad de conferir la ordenación secerdotal a las mujeres y que este dictamen debe ser considerado definitivo para todos los fieles de la Iglesia'.

En la misiva, el obispo admite que el documento ha motivado 'adhesiones y también réplicas contundentes' y añade que le llegan cartas y llamadas 'de todas partes'. Soler asegura que 'la recepción en los medios de comunicación de la petición de actitudes y procedimientos democráticos y los comentarios que ha suscitado son ambiguos y a menudo completamente erróneos'. Al tiempo, el obispo constata que algunas de las demandas del Foro Joan Alsina, tales como 'la voluntad de servicio, de estar al lado de los más débiles y los necesitados y de hacer más claro y creíble el mensaje evangélico de Jesús', que se afirman 'con convicción y firmeza' en el documento, 'no han conseguido el mismo relieve en su amplia difusión'.

En el pregón público de Semana Santa, el obispo fue menos explícito, aunque afirmó que no es buena 'la actitud de aquellos que querrían un concilio permanente, de quienes querrían someter a debate permanente lo que el Concilio ya ha establecido'.

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