La policía culpa de los sucesos del Villamarín al corto servicio de seguridad del Betis

El Ministerio del Interior ha solicitado a la Jefatura Superior de Policía de Andalucía occidental que le remita un informe detallado acerca de los sucesos que se registraron el pasado sábado en el derby Betis-Sevilla. El documento, que será enviado hoy mismo a Madrid, concluye que la gravedad de los mismos se debió a la escasez de la seguridad privada contratada por el club verdiblanco. Según la policía, el partido debería haber contado con entre 70 y 100 guardias jurados más, alrededor del doble de los que hubo.

El informe justifica la actuación policial en que los agentes no están facultados ni para controlar el salto de aficionados al césped al final del partido ni para cachear a los espectadores a la entrada del estadio. La invasión del terreno es la segunda consecutiva que se produce en el estadio Villamarín, tras la ocurrida en el encuentro entre el Betis y el Barcelona.

Cohetes apagados

La investigación policial también ha determinado que los cohetes que un aficionado bético lanzó hacia la grada ocupada por los sevillistas llegaron apagados a su objetivo.

Siempre según el documento, en cada bocana de acceso a la grada debía haber dos guardias jurados. Si éstos hubiesen estado en la zona desde la que se produjo el lanzamiento de los cohetes, podrían haber detenido y puesto a disposición de la policía al responsable.

Interior estudiará las posibles sanciones -multas y prohibición de acceso a los estadios- que imponer a las 15 o 16 personas que aparecen identificadas en las imágenes de televisión que se incluyen en el informe -la mayoría, miembros de la peña ultra del Sevilla, Biris, que causaron destrozos en la grada- e incluso la posibilidad de que sus actuaciones, especialmente la de quien disparó los cohetes, pudieran ser constitutivas de delito.

El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol decidió ayer abrir un procedimiento disciplinario al Betis por los incidentes ocurridos en el derby.