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Elorza y San Gil se responsabilizan mutuamente de poner al borde del abismo su pacto de gobierno

El plan de Auditz Akular es el último episodio de una larga serie de enfrentamientos

El Ayuntamiento de San Sebastián celebra hoy uno de los plenos más decisivos de la presente legislatura, que servirá para despejar la incógnita sobre la continuidad o la ruptura del pacto de gobierno suscrito por PSE-EE y PP en 1999.

Su mantenimiento pende desde el mes pasado de un único hilo, el apoyo popular a la modificación puntual del Plan General para desarrollar el proyecto urbanístico de Auditz Akular, después del ultimátum lanzado el pasado 12 de marzo por el alcalde donostiarra, Odón Elorza. Si el PP no vota a favor de la operación, dijo entonces, 'entenderé que ha roto conscientemente' el pacto de gobierno.

La ruptura, visto el distanciamiento político y personal creado entre ambos partidos y, sobre todo, sus representantes en San Sebastián -el socialista Odón Elorza y su teniente de alcalde popular María San Gil- parece inevitable. Sin embargo, la enorme repercusión a nivel nacional que tendría este episodio en una ciudad tan señalada como San Sebastián -la única de España donde cogobieran populares y socialistas- y en la actual situación política en Euskadi hace que no pueda darse como definitiva. De hecho, esta factor y las presiones recibidas por Elorza y San Gil de las cúpulas de sus respectivos partidos han impedido que el pacto saltara por los aires con anterioridad, como ha reconocido el alcalde.

Ayer, en vísperas del pleno decisivo, ambos se mantenían inflexibles en sus posturas. Elorza reiteró que si el PP no votan a favor del proyecto urbanístico del barrio de Alza quebrarán el pacto de gobierno y 'se habrá situado definitivamente fuera del Gobierno municipal'. Por su parte, San Gil acusó a Elorza de utilizar el proyecto como excusa para una ruptura decidida previamente.

Auditz Akular, proyecto estrella de Elorza para construir 3.000 viviendas -2.500 de ellas protegidas- en el ensanche de Alza representa el último eslabón en la sucesión de desencuentros que han protagonizado socialistas y populares desde que comenzaron su mandato. El más sonado se produjo en octubre pasado. El debate sobre el proyecto de presupuestos para el presente ejercicio estuvo a punto de acabar con la alianza, la única que mantienen estas dos formaciones en una capital de provincia. Pero antes fue el proyecto para construir un bidegorri en el Paseo de la Concha, una promoción de viviendas en Igeldo, la organización de un concierto en homenaje a Ernest Lluch, el procedimiento para designar al pregonero del Carnaval... La lista de discrepancias es larga y abarca asuntos dispares de la gestión municipal.

Pero el proyecto de Auditz Akular, en el linde entre el barrio de Alza y Pasaia, se presenta como un obstáculo insalvable. Los socialistas, con nueve concejales sobre 27, se han quedado solos en la defensa de la operación urbanística, que además requiere una acuerdo, todavía no alcanzado, con Pasaia para establecer las nuevas fronteras entre los dos municipios. Ni EA-PNV (7) ni Batasuna (4) están de acuerdo con el procedimiento de tramitar esta operación de 'gran envergadura urbanística'. Elorza quiere agilizar los trámites de este plan con urgencia para hacer frente 'al grave problema de la vivienda de San Sebastián' y apuesta por realizar de inmediato una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que implica el aumento de la densidad de la vivienda. El Partido Popular, sin embargo, cree que la magnitud de la operación exige la revisión del PGOU, ahora que está a punto de abordarse.

La negativa del PP a apoyar en comisión de gobierno la modificación del Plan General planteada por Elorza dejó el pacto al borde de la ruptura el pasado 19 de febrero.

La brecha aumenta

Desde entonces la brecha entre ambos partidos se ha ido haciendo más evidente. El alcalde ha acusado a los populares de 'incumplir el programa de gobierno', de 'deslealtad' y de 'frenar una operación impresindible' en la que el Ayuntamiento ha invertido ya 2.080 millones de pesetas en compra de suelo.

La portavoz del PP, María San Gil, ha rechazado una y otra vez estas acusaciones y se ha encargado de resaltar que su partido no se opone al proyecto, sino al procedimiento empleado para sacarlo adelante. Auditz Akulaur no es, según San Gil, sino una excusa para expulsarles del gobierno municipal. 'Toda esta liturgia es para echarnos. Por lo menos, que diga con gallardía que nos echa y que no diga que nos quedamos fuera del equipo de gobierno', dijo tras el ultimátum de Elorza. Y le acusó de aplazar su decisión hasta después de la celebración del congreso extraordinario que han celebrado los socialistas vascos este fin de semana en San Sebastián.

Durante dos semanas ambos partidos han protagonizado una intensa pugna de carácter político, ideológico y técnico sobre esta operación, uno de los pilares de la regeneración del barrio de Alza. Sobre todo, a través de los medios de comunicación. Ayer mismo, ambos defendían su postura en dos artículos publicados en un diario local, que incluía además dos páginas de publicidad sobre el proyecto pagadas por el Ayuntamiento.

La política nacional no ha dejado de planear durante este tiempo sobre esta polémica municipal. El alcalde, que nunca se ha sentido cómodo con el PP, dijo dos semanas antes de lanzar su órdago que mantenía el pacto contra sus propios deseos porque la ruptura tendría una repercusión política nacional y en los medios informativos perjudicial para sus intereses y los del Ayuntamiento. Mantendré la alianza 'hasta que sea posible y no pierda la dignidad'. Poco después supeditaba la vigencia del pacto al apoyo del PP a Auditz Akular en el pleno de hoy.

Las posturas se han enconado durante estos días y no parece probable un acuerdo para salvar a última hora el pacto de gobierno municipal. De consumarse la quiebra, los socialistas gobernarían en solitario y se verían obligados a alcanzar acuerdos puntuales con el resto de las formaciones para gestionar la ciudad. Sin embargo, la repercusión supramunicipal que tendría impide dar por hecha la ruptura.

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