_
_
_
_

Artistas catalanes y baleares buscan puntos de unión con un intercambio artístico de su obra

El Centro de Arte Santa Mónica y el Casal Solleric acogen la doble exposición

Artistas catalanes en Palma de Mallorca, creadores baleares en Barcelona. Los departamentos de cultura de los gobiernos de Cataluña y Baleares han organizado un intercambio artístico con el propósito de buscar puntos de unión entre la creación plástica de ambas riberas de Mediterráneo. El Casal Solleric de Palma y el Centro de Arte Santa Mónica acogen está doble exposición colectiva, titulada Desaïllaments, en la que la característica principal de las obras expuestas es el eclecticismo de estilos.

El Centro de Arte Santa Mónica acoge en Barcelona hasta el próximo 31 de marzo las obras de los artistas baleares. En la exposición intervienen artistas de muy variado planteamiento creativo que, lejos de cohesionar las obras por su procedencia, crean una sensación de dispersión, lo que actúa en prejuicio de los propios artistas. En este caso, la individualidad tiene más potencia que la colaboración conjunta. Y los nombres propios están por encima del título genérico de la exposición. De hecho, como se va constatando en las últimas tendencias del arte contemporáneo, son matices los que distancian a artistas de muy lejana procedencia.

En Desaïllaments se puede contemplar a Bernardí Roig, de obra inquietante cuya difusión amplía sus circuitos constantemente. La naturaleza enfermiza de sus personajes contrasta con la búsqueda de una cierta serenidad clásica en la obra de Joan Benàssar y con las sugerentes mujeres de María Carbonero. Antoni Socias presenta unos collages de doble lectura, junto a la pintura de trazo básico de Rafa Forteza.

Vicenç Torres muestra unos dibujos sobre tela de anhelo conceptual, mientras que Ramon Canet y Guillem Nadal optan por las exploración de las superficies siguiendo un camino divergente. Horacio Sampere, Menéndez Rojas y Ángel Pascual optan por el contraste de opciones estilísticas. Completa la exposición Patxi Echeverría con sus construcciones geométricas de espíritu orgánico. Si exceptuamos a Roig, nacido en 1965, y los más veteranos Andreu Terrades (1947), con su colorista ironía, Maties Quetglas (1946) y Rafael Tur Costa (1927), la mayoría de los artistas pertenecen a una generación nacida en la década de los cincuenta. También participa en la exhibición la obra de Vicent Calbet (1940-1994).

La réplica en Palma de Mallorca a los aislados artistas baleares está a cargo de una alineación ecléctica y lujosa de autores catalanes, ya clásicos o aventureros que se consagraron en la década de los noventa en bienales como las de Kassel, Venecia y São Paulo. La cabeza de puente del diálogo cultural Palma-Barcelona en el campo de la plástica se ha instalado en el Casal Solleric. Este centro se desquita así de los escándalos por la exposición de figuritas de porcelana de Lladró y la frustrada de vestidos de Agatha Ruiz de la Prada, que acabó en el castillo de Bellver.

Tres telas de 1992 del histórico Antoni Tàpies, un montaje de 1998 de una barca sobre confeti de Joan Brossa, dos grandes telas monocromas de Hernández Pijoan de 1990 y 1991, y una de Ferran García Sevilla de 1996 abren como un manifiesto el recorrido. En las salas se alternan pinturas, vídeos y performances de Marcel.lí Antúnez y Antoni Muntadas, y la maqueta de la falla acuática con naufragio de 1992 de Antoni Miralda, recreada con pirotecnia y pasodoble taurino.

Federic Amat detalla el filme Foc al càntir y Perajaume, Joan Fontcuberta y Alicia Framis firman vídeos en soledad, fotos de aviones y una valla publicitaria. Jaume Plensa ha plantado una columna cuadrada transparente con lemas de 1999, el tótem de esta exposición que lleva por título Darrera escena, que ha sido seleccionada por Josep Miquel Garcia, director de Artes Plásticas del Departamento de Cultura de la Generalitat. Francesc Torres está representando por una mesa de casi cinco metros para héroes hegelianos, de 1991; Sergi Aguilar distribuye 25 piezas de madera en la sala, y Zush, sus espectros fotográficos de 1990.

A modo de publicidad de exposiciones diversas, la Generalitat ha plantado en el Casal Solleric una selección de fotos de esculturas y monumentos de Corberó, Roqué, Carr, Riera i Aragó, Gardy-Artigas, Llimós, Pladevall y Medina Campeny. El catálogo promociona también a los 'principales comisarios presentes en la escena internacional'

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_