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El escritor Àngel Burgas fabula sobre las fantasías de los humanos con la muerte en su libro de relatos 'Adéu'

¿Qué pasaría si los muertos regresaran a la vida, aunque sólo fueran los de los siglos XIX y XX?, ¿qué pasado se puede descubrir en una visita al museo del campo de exterminio de Auschwitz?, ¿dónde puede uno ir a parar cuando durante una procesión de Semana Santa en Sevilla alguien provoca una estampida? Y sobre todo, ¿cómo imaginarse a uno mismo sin vida? Éstos son algunos de los temas sobre los que ha fabulado el escritor Àngel Burgas (Figueres, 1965) en Adéu, la compilación de relatos con que ganó el cuarto Premio Mercè Rodoreda, que convoca la editorial Proa.

Como su primer libro, Show (1999), Burgas ha titulado estas narraciones que giran en torno al tema de la muerte con un escueto sustantivo. 'Cuando pintaba', recuerda el escritor, que ejerce como profesor de artes plásticas en una escuela de Barcelona, 'siempre introducía una palabra, un elemento para que cada uno pudiera interpretar el cuadro a su manera. Se trataba de sintetizar una idea'. En Adéu la palabra hace referencia inequívoca a la muerte.

'Soy muy vitalista y optimista y no pienso mucho en la muerte', asegura el autor. 'Para mí la elección del tema fue algo más razonado que sentido. La muerte es todo un campo para la ficción'. Y de hacer ficción se trata, incluso en el cuento titulado Death (Dad), en el que Burgas fabula sobre su propia muerte, aunque como excusa para hablar de sus fallecidos padre y abuela. 'Alguna gente que lo ha leído me ha dicho que hace llorar, aunque no era mi intención. Necesitaba hablar de ellos y hacerlo de tú a tú, por lo que yo tenía que morir literariamente. Precisamente esto hace que el cuento sea más vivo', dice.

Símbolos de la religión

Aunque no ha tenido voluntad exhaustiva, asegura el escritor, de tratar el tema de la muerte desde los más diversos ángulos, ésta aparece tratada a veces de una manera cómica, a veces nostálgica y otras más dramática. 'Creo que mi capacidad para hacer ficción está intacta. No tengo miedo de la hoja en blanco. Por eso hay cuestiones tan diferentes en los cuentos y aparecen muchos tipos de gente y de lugares', explica. De una forma tamizada están presentes los diversos símbolos de la religión católica acerca de la muerte: el juicio final (Resurrecció), el sacrificio (Star) y también un ángel vengador (Infern).

Aunque el lenguaje y las historias reunidas en Adéu tienen un marcado tono realista, hay algunos personajes dotados de 'reacciones sobrenaturales'. 'Creo que los cuentos, en el fondo, tienen algo de abstractos', dice su autor. Será la herencia del pintor, faceta que últimamente tiene abandonada por la de escritor. 'Estoy convencido de que una obra la acaba quien la lee o la observa. Y la reacción del lector es mucho más enriquecedora que la de quien contempla un cuadro', afirma.

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