De Lavapiés
Estábamos mi compañera y yo en el barrio de Lavapiés, como solemos hacer algunos fines de semana. Por supuesto que sabíamos de la inseguridad ciudadana que padece el barrio, pero es el barrio de mis abuelos, de mis padres y el mío, por tanto me niego a tener miedo en mi propia casa.
Pues bien, a eso de las once y media de la noche, en la calle de Mesón de Paredes, unos cuatro jovencísimos chavales (entre 13 y 15 años) intentaron apropiarse del bolso de mi compañera, dándole un tirón. No consiguieron sus propósitos, ya que les hice frente. Más tarde me enteré de que era la famosa banda del pegamento.
Desearía que un barrio tan madrileño y bonito fuese más seguro para todos, siendo más visible la presencia policial (muy escasa, sobre todo por la noche) por lo menos para disuadir a estos jovencísimos delincuentes que campan a sus anchas por las calles del barrio.
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