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La huelga de autobuses fue secundada por el 90% de los trabajadores, según los sindicatos

Los viajeros hicieron largas colas en las estaciones para pedir la devolución de los billetes

Decenas de miles de ciudadanos tuvieron que buscar ayer alternativas a su viaje en autobús. La huelga de transportes -que comenzó en la medianoche del miércoles y que, según los sindicatos, tuvo un seguimiento del 90%- dejó en tierra a quienes pretendían entrar o salir de la capital hacia localidades de la periferia y hacia otras regiones. Los usuarios de una veintena de municipios de los alrededores de Madrid se vieron obligados a trasladarse en tren, en vehículos privados o en taxis. El servicio se interrumpió completamente en cuatro empresas de transporte de largo recorrido, lo que impidió a miles de personas volver a sus casas o comenzar sus vacaciones. Hasta el sábado no podrán salir de Madrid, al menos en autobús.

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La huelga fue seguida de forma irregular. Los sindicatos convocantes (CC OO, UGT y USO) afirmaron que el 90% de los servicios quedó interrumpido, situación que se repetirá hasta las doce de la noche de hoy, cuando terminará el paro de 48 horas. Sin embargo, la patronal y el Sindicato Libre de Transportes (SLT), que no ha secundado la huelga, afirman que el seguimiento no ha sido ni del 50% entre los 10.000 trabajadores (8.000 de ellos, conductores) del gremio.

Donde más se notó el paro fue en los pueblos de la periferia de Madrid. Los trabajadores de los autobuses que comunican la capital con otros municipios de la Comunidad cumplieron lo pactado en la asamblea del miércoles por la noche y no respetaron los servicios mínimos establecidos por la Consejería de Obra Públicas, Urbanismo y Transportes.

Decenas de miles de ciudadanos de una veintena de municipios, especialmente del sur, tuvieron que buscarse otros medios de transporte para entrar o salir de la capital, lo que provocó largas retenciones de tráfico en las carreteras de acceso a Madrid y una saturación de los servicios de Renfe. Algunos autobuses, como los que se dirigían a Aranjuez o San Martín de Valdeiglesias, consiguieron partir de la estación Sur cada hora, y no cada media hora, como ocurre habitualmente.

Los viajeros que pretendían trasladarse a otras comunidades autónomas también sufrieron las consecuencias de la huelga. En las estaciones de autobuses de largo recorrido, miles de personas hicieron cola durante un promedio de una hora y media para informarse sobre la situación o pedir la devolución del importe de los billetes, en los casos de compañías cuyos autobuses no pudieron salir hacia su destino.

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Al menos cuatro empresas de transporte de larga distancia se vieron afectadas por el paro: Continental-Auto, Auto Res, Daibus e Interbus, que prestan servicio en más de cien ciudades de al menos cinco comunidades autónomas, no pudieron sacar sus autobuses de la Estación Sur, en la calle de Méndez Álvaro. Los trabajadores de las ventanillas informaban a los viajeros de que ni ayer ni hoy saldrían autobuses hacia Málaga, Granada, Valladolid, Zamora, Mérida, Vigo, Ourense, Benicàssim y Badajoz, entre otras ciudades.

'Nadie volverá a salir'

En el resto de las empresas, más de cien, según Julio Muñoz-Reja Sánchez, secretario general del SLT, se cumplieron los servicios diarios habituales o al menos se realizaron los servicios mínimos de un 50% de los viajes. Emilio Cardero, secretario de Transporte de UGT-Madrid, contradijo estos datos. Cardero afirmó que el 85% o 90% de los trabajadores habían secundado el paro durante toda la mañana, e insistió en que, por la tarde, los autobuses procedentes de otras poblaciones y comunidades ya no podrían 'volver a salir' de la capital.Los únicos autobuses que consiguieron prestar su servicio de forma regular fueron los de transporte de escolares, que hoy empiezan sus vacaciones de Semana Santa, y los de discapacitados. Según UGT y CC OO, estos autobuses (discrecionales) también estaban en huelga, aunque cumplieron el 100% de los servicios mínimos. Según SLT, sólo dejaron de funcionar tres de las 180 empresas de transporte discrecional.

Los sindicatos reiteraron su intención de continuar con el paro los próximos días 27 y 28 (Miércoles y Jueves Santo, respectivamente) si la patronal no responde a sus exigencias: subida salarial de 75 euros al mes, jornada laboral de 35 horas semanales, regulación de los descansos con 48 horas ininterrumpidas y libranza de cuatro domingos de cada 12.

La Asociación Territorial Fenbús-Madrid y la Federación Española Empresarial de Transportes de Viajeros, Asintra, afirmaron no entender las razones de la huelga, ya que ofrecen a los trabajadores 'el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios para los próximos años con cláusula de revisión, en línea con el Acuerdo Interconfederal firmado por la patronal CEOE, CC OO y UGT [dos de los tres sindicatos que han convocado la huelga]'.

Rafael Barbadillo, subdirector de Asintra, reiteró su intención de sentarse de nuevo a negociar. 'Podemos hablar y darle muchas vueltas, y llegaremos a algún acuerdo. Lo que no se puede hacer es perjudicar al ciudadano, también trabajador, porque no se han respetado los servicios mínimos', dijo.

La protesta continuará hoy, y previsiblemente afectará a más viajeros de largo recorrido que ayer, ya que comienzan el fin de semana y las vacaciones de Semana Santa para muchas personas.

Un coche alquilado en grupo

Muchos ciudadanos llegaron ayer por la mañana a la estación Sur de autobuses sin saber nada de ninguna huelga o sin querer creérselo, y se encontraron con la maleta y en tierra, a muchos kilómetros de sus casas o del comienzo de sus vacaciones. Resignados, los que viajaban en alguna de las empresas que han suspendido completamente sus servicios hasta mañana esperaron hasta una hora y media de cola para obtener la devolución del importe de sus billetes. Algunos, como María José Valverde, estaban en la estación desde las siete y media de la mañana. A esa hora se suponía que salía su autobús con dirección a Granada. Pero no salió. 'He venido desde Santiago de Compostela directamente para acá. No hay billetes de tren, y no tengo a nadie en Madrid. A ver qué hago...', suspiraba. Como María José, miles de personas se vieron afectadas ayer por el paro. Otros tuvieron más suerte porque los autobuses en los que iban a viajar prestaban servicio, o al menos un mínimo del 50%. La resignación de los primeros momentos dio paso a la indignación de muchos, después de esperar más de una cola para oír un tajante 'Hasta el sábado, nada'. María Jesús Platero, cargada con una pesada maleta, se quejaba por los 12 euros que se había gastado en un taxi para llegar a la estación y encontrarse allí con que su autobús con destino a Málaga no iba a salir. Intentó sin éxito convencer a los demás usuarios de que hicieran algo: 'Vamos a unirnos todos y a poner una denuncia. Que nos paguen todos los gastos que tengamos por culpa de la huelga. ¡Menos mal que tengo un hijo aquí y me puedo ir a su casa!', clamaba. A lo que Manuel David Fernández, que había venido a Madrid 'por una oposición', replicaba: 'Señora, a mí qué me va a contar, si yo estoy en un hotel. ¿Dónde voy a dormir ahora?'. El joven, que pretendía volver a Estepona (Málaga), exigió la hoja de reclamaciones cuando una voz procedente de dentro de la taquilla le dijo: 'No hay autobuses. Ni para hoy [por ayer], ni para mañana'. Después de la desilusión, la desesperación y cuatro horas pensando qué hacer, algunos decidieron aportar soluciones alternativas, más rápidas y casi igual de económicas. Susana Oviedo vio la luz cuando se fijó en que en la estación había dos agencias de alquiler de coches. Mientras estaba en la cola, propuso a varias personas que también iban a Granada que alquilaran un coche entre todos. Ninguno de ellos se conocía, pero pronto se pusieron de acuerdo. Seguro de colisión, robo y ocupantes, poco más de 100 euros entre los cinco, y el ofrecimiento de Emilio, un joven con cara de ser responsable: 'Yo conduzco'.

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