Posada dice ahora que siempre ha defendido la Carta Municipal

Parada y marcha atrás. Ésa fue ayer la actitud del ministro de las Administraciones Públicas, Jesús Posada, tras la reunión mantenida con representantes del Gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona sobre la Carta Municipal. Posada, que había dicho hace un mes que prefería una ley de grandes ciudades, afirmó ayer con rotundidad que fue mal interpretado y que siempre ha sido partidario de una Carta Municipal para Barcelona.

A la reunión, celebrada en Madrid, asistieron el ministro y el secretario de Estado, Gabriel Elorriaga; por parte del Ayuntamiento de Barcelona acudieron el alcalde, Joan Clos; el concejal responsable de la Carta, Ernest Maragall, y los presidentes de todos los grupos municipales. El Gobierno catalán estuvo representado por la consejera de Gobernación, Núria de Gispert, y el secretario de Presidencia, Carles Duarte.

El encuentro terminó con el compromiso de una nueva reunión dentro de dos meses. En ese plazo debe estar listo un dictamen elaborado por el Senado sobre las leyes que deben ser modificadas para dotar a Barcelona de la Carta.

'Hemos comprobado que la ley no beneficia al Ayuntamiento, sino a los ciudadanos', dijo Posada, quien añadió que lo que Barcelona pide es 'razonable', lo que no significa que tenga que lograrlo todo, porque, dijo, en una negociación todas las partes ceden. Posada declinó pronunciarse sobre un calendario para la Carta.

Clos se mostró satisfecho porque la Carta recibe, aseguró, un nuevo impulso y añadió que no le preocupaba que Madrid pudiera tener una ley similar, aunque, precisó, la Constitución no dice en ninguna parte que las normas deban ser iguales para ambas ciudades. Finalmente, el alcalde no se mostró preocupado por la falta de un calendario concreto, ya que, opinó, lo importante es que no cesen las negociaciones.