Drogas sin control
El éxtasis (MDMA) ha saltado a la palestra porque dos jóvenes han muerto, supuestamente como consecuencia de ingerirlo. Hay alarma y, sobre todo, alarmismo. Los padres de los chicos fallecidos han declarado: 'Han envenenado a nuestros hijos'. Y no les falta razón, porque cualquier sustancia prohibida corre el riesgo, muy habitual, de ser adulterada, ya que no pasan controles sanitarios como otras drogas que se venden en farmacias, bares y comercios: ansiolíticos, cigarrillos, alcohol, etc.
Estas dos muertes ha sido consecuencia directa de la prohibición que pesa sobre determinadas sustancias, y no sólo por la falta de control sanitario sino también, y sobre todo, por la total ausencia de información accesible y veraz sobre efectos, dosis, contraindicaciones, consecuencias y modo de uso de esas sustancias, que además de ilegales, son tabú.
Hasta ahora, lo único que se ha hecho desde las instituciones respecto al consumo de drogas, legales e ilegales, ha sido gastar millones en campañas de fomento de la abstinencia que no llegan a los consumidores y en políticas represivas que tampoco evitan muertes, como lamentablemente hemos podido comprobar.
Históricamente, siempre ha existido el consumo de drogas de todo tipo y las prohibiciones sólo han servido para incrementarlo y para que surjan mafias y florezca el tráfico ilegal, y con él, la delincuencia (recordemos la famosa Ley Seca norteamericana).
¿Soluciones? Información veraz, no tendenciosa y cercana a todos; testado de sustancias accesible y legalizado; y, finalmente, es necesario abrir un debate social sobre la legalización.
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