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LAS FALLAS DEL 2002

Polvorín en un concurrido quiosco de Russafa

Guardaba 2.000 kilos de material pirotécnico, 100 kilos netos de masa explosiva

El quiosco El Fallero almacenaba en su interior 2.000 kilos de material pirotécnico, alrededor de 100 kilos netos de masa exlosiva, lo que equivale a una mascletà. Agentes de la Policía Local decomisaron ayer el material en una operación que se prolongó durante 12 horas y en la que se cargaron cuatro furgonetas. El quiosco sólo tenía autorización para 10 kilos netos de masa explosiva, diez veces menos del total hallado en el interior del establecimiento.

El quiosco, ubicado en el número 30 de la calle de Sueca, en el corazón del barrio de Russafa, a menos de 10 metros de la concurrida falla que ha obtenido el primer premio de la sección especial y uno de los más antiguos, mantiene sus puertas abiertas para la venta del resto de productos de los que tiene licencia (juguetes, golosinas, prensa, revistas), pero no para petardos.

Agentes de la Policía Local iniciaron el domingo una disimulada operación de decomiso del material pirotécnico almacenado en el interior del local que regenta Francisco V. D., presidente de una asociación de empresarios del sector. Tras 12 horas de trabajo para no sembrar el pánico justo en las jornadas de mayor concurrencia de visitantes a la falla vencedora situada delante del establecimiento, los agentes pesaron el total del material incautado, que un principio se estimó en 1.100 kilos, y comprobaron que el peso bruto era de 2.000 kilos, algo más de 100 kilos de masa explosiva neta, cantidad que se acerca a la que se dispara en una mascletà.

El local cuenta con las medidas de seguridad que la ley exige para el almacenaje de material de las categorías I, II y III. Sin embargo, esas medidas están sujetas a una cantidad máxima, 10 kilos de masa explosiva en el caso de El Fallero. No son, según fuentes policiales, ninguna garantía para el auténtico polvorín que supone concentrar 100 kilos de masa explosiva.

Mientras los agentes vaciaron el local, moviendo cajas con poca carga entre el público que abarrotaba la acera para ver la falla premiada y para comprar en el propio establecimiento, seis dependientes -sobre un máximo de ocho permitidos por la ley- servían a destajo y en horario continuado. Según fuentes policiales, el material decomisado suponía un grave riesgo para la seguridad del edificio en el que se localiza el bajo comercial.

Francisco V. D. declinó ayer hacer declaraciones sobre lo ocurrido. La Ppolicía Local, por su parte, prosiguió con las diligencias y trasladará el material en los próximos días a las dependencias de la Guardia Civil, quien se encargará de determinar la cantidad exacta de masa explosiva y establecerá la sanción oportuna.

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Jorge Bellver, concejal delegado de Policía y Seguridad Ciudadana de Valencia, dijo ayer que la incautación en el quiosco de la calle de Sueca se suma a las alrededor de 200 denuncias recibidas por irregularidades en la venta o almacenaje de material pirotécnico. Los decomisos realizados en la edición 2002 de las Fallas superan los 3.000 kilos de material pirotécnico.

Por otra parte, los problemas derivados de las fallas se suceden por distintas razones. Un niño de 10 años perdió ayer, pasadas las 17.30, varios dedos de una mano al explotarle el petardo que manipulaba. Los hechos ocurrieron, según fuentes del SAMU, en la plaza de Andrés Segovia de Valencia. Tras el suceso, el menor fue trasladado al Centro de Salud y posteriormente atendido en el Hospital La Fe debido a la gravedad de las heridas.

Otro tipo de incidentes son los que sufren los vecinos del casco histórico. La Asociación de Vecinos y Amigos de El Carme inundó ayer las calles del barrio con panfletos en los que denuncia 'los abusos en Fallas por parte de quienes no residen en el barrio y se desplazan aquí sólo para vivir la fiesta sin respetar el descanso de los vecinos'. En la misiva, la asociación critica el cerco de las calles 'que impide la entrada de una ambulancia, de los proveedores y de los propios vecinos'. La asociación señala la suciedad que se concentra en estos días en el barrio, como en la calle de Padre Huérfanos, 'porque las carpas no cuentan con servicios sanitarios'.

CARLES FRANCESC

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