Los Verdes renuncian al pacifismo a ultranza en un giro de pragmatismo
Los ecologistas alemanes admiten una 'violencia legitimada'
Unos 22 años después de su fundación, en 1980, Los Verdes alemanes se despidieron ayer definitivamente del pacifismo a ultranza al hacer constar en el preámbulo de su nuevo programa, aprobado en un congreso federal celebrado en Berlín, que si bien 'la violencia no puede sustituir a la política', su utilización 'no siempre se puede excluir', siempre y cuando esté 'legitimada por el Estado de derecho y el derecho internacional'.
Junto a otras tomas de posición, esta fórmula marca la constitución de un partido 'más bien de izquierdas, conforme al sistema y reformista', en palabras de un comentarista del Süddeutsche Zeitung, y sienta las bases para lo que se anuncia como 'una dura campaña electoral' con vistas a los comicios del 22 de septiembre, según el ministro verde de Exteriores, Joschka Fischer. Desde la izquierda más radical, Los Verdes se ven presionados por el Partido del Socialismo Democrático (PDS), que también clausuró ayer su congreso.
En sus 22 años de tormentosa existencia, Los Verdes nunca habían actualizado tanto las bases de su programa. Estas reformas se sellaron ayer en Berlín, más de tres años después de que los ecologistas llegaran al Gobierno federal como socios menores del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). En este proceso, los antes radicales pacifistas acabaron plegándose al pragmatismo, como se puso de relieve con la aprobación de la participación alemana en la coalición antiterrorista, en noviembre pasado.
En el nuevo programa, que obtuvo el visto bueno de una amplia mayoría de los más de 600 delegados, se subraya que la cohesión del partido se basa no sobre una 'ideología', sino sobre 'una serie de valores compartidos', centrada en la protección de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Parte del problema de los ecologistas es que, a su izquierda, se está fortaleciendo el PDS, heredero del régimen de la República Democrática Alemana. En un congreso en Rostock, los ex comunistas aprobaron un programa en el que se arremete contra la 'guerra' y el 'predominio del gran capital en el Estado y la sociedad'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.