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COYUNTURA INTERNACIONAL
Columna
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EE UU frente a Europa

Por primera vez en diez años la economía europea creció en el pasado ejercicio de 2001 por encima de la estadounidense. La singularidad de este hecho no es, sin embargo, exponente de un cambio en la dinámica de crecimiento de estos dos bloques económicos. No sólo las tres décimas que creció la economía europea por encima del escaso 1,2% de los Estados Unidos son apenas significativas, sino que el perfil trimestral (crecimiento negativo el último trimestre del año en Europa y vuelta al crecimiento positivo en el mismo periodo al otro lado del Atlántico) es indicativo de lo fugaz que será previsiblemente el 'alcance'.

De hecho, el consenso de mercado para este año ya comienza a reflejar una expectativa de mayor crecimiento en Estados Unidos y una vuelta a la ampliación de la brecha que desde mediados de los ochenta sigue abriéndose entre ambas economías.

El PIB por habitante en la zona euro no supera el 65% del estadounidense, nueve puntos por debajo del alcanzado a finales de los años ochenta

En todos, excepto en cinco años de las dos últimas décadas, el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la economía de Estados Unidos ha superado al de Europa, y ese distanciamiento progresivo se ha manifestado además, simultáneamente, en una mayor expansión del empleo, de la productividad y de la renta por habitante.

Tanto es así que el producto interior bruto por habitante en la zona euro no supera el 65% del estadounidense, nueve puntos por debajo del máximo alcanzado a finales de la década de los ochenta. Si es llamativo este dato, no lo es menos que, en términos de producción, la ventaja añadida por Estados Unidos en esta década, en torno a un 15% en términos de mayor crecimiento acumulado, equivale al producto interior bruto de un país de la dimensión de Francia.

En fin, la diferencia es de tal magnitud que el enunciado señalado en la cumbre europea de jefes de Estado y presidentes de Gobierno de Lisboa, hace ahora justamente dos años, sobre la necesidad de reducir las distancias entre ambos bloques económicos, sigue teniendo plena vigencia en estos días en los que se celebra la cumbre europea de Barcelona.

Los principios en los que se inspiran ambos modelos no son tan distintos como para asumir la absoluta incompatibilidad entre la prosperidad y el crecimiento que exhibe la economía americana y los referentes de inclusión y estabilidad social que en mayor medida orientan las políticas europeas.

Daniel Manzano y Raquel Vázquez son socio y analista, respectivamente, de Analistas Financieros Internacionales.

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