Glorieta de Rubén Darío
Durante los últimos años las obras en la glorieta de Rubén Darío han sido muy molestas, por dilatadas e incesantes: línea 10 del metro (sin estación), Madritel, gas, agua, luz, pavimento, redecoración de las isletas centrales, reparación del elevado de Enrique de la Mata Gorostizaga y algunas más.
Ahora, cuando ya parecía que todo había terminado, que hasta el tráfico era más fluido (y más lo sería sin el estacionamiento en doble fila y en los 'carriles bus' de Almagro y Miguel Ángel), cuando, por fin, teníamos anchas aceras, cuidados jardincillos, buenos servicios, no demasiado ruido, y ¡hasta prostitutas ofreciendo sus servicios en la puerta de casa!, o sea, una maravilla para los tiempos que corren, de pronto todo se viene abajo.
Sin consulta alguna ni anuncio previo en prensa, radio o televisión, se ha levantado de nuevo toda la glorieta, se han suprimido las plazas de estacionamiento, se están ensanchando desmesuradamente las aceras (sin tener por qué) y reduciéndose considerablemente el espacio para el tráfico rodado, so pretexto de hacer una caprichosa isleta central.
Una suma de despropósitos que no venían a cuento y con un coste que se puede calificar no sólo de desproporcionado sino de absolutamente innecesario.
Esperaremos a las próximas elecciones para manifestar nuestra total desaprobación y nuestra reacción ante tanta arbitrariedad e insensatez. Nuestra actitud será más sorprendente al tratarse del vecindario con más clara mayoría del PP en todas las consultas anteriores.