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Reportaje:

Vacaciones forzosas

Cuatro niños de una cortijada de Linares no van a clase tras suprimirse el transporte escolar

Ginés Donaire

Salvador, Francisco Javier, Leonor y Linarejos se han encontrado con unas vacaciones inesperadas. Más bien forzosas. Desde el pasado lunes no acuden a sus colegios por suprimirse la parada del autobús que les transportaba desde su residencia, en el cortijo La Malena, a cuatro kilómetros del casco urbano de Linares (Jaén). Ajenos al conflicto creado entre la comunidad educativa y la Delegación de Obras Públicas y Transportes, los niños intentan adaptarse a esta insólita situación aunque no les falta el apoyo de sus maestros, que los han visitado para ponerles deberes en casa.

La Delegación de Obras Públicas en Jaén suprimió el pasado mes de febrero la parada existente a unos 400 metros del cortijo donde viven los escolares, junto a la carretera comarcal Linares-Orcera. El motivo esgrimido fue el informe recibido por la Dirección General de Tráfico considerando peligrosa la parada por su proximidad con la carretera y por tener los niños que cruzar la calzada para subir al autobús.

Contrariado por la medida, al padre de los niños, Salvador Serrano, no le quedó más remedio que llevar y recoger cada día a sus hijos con su vehículo particular. Así ha sido hasta esta semana, cuando Salvador ha dicho basta: 'Mi trabajo me impide llevar cada día a los niños', asegura Salvador, que trabaja como tractorista en una finca agrícola.

Salvador y su mujer, padres de los cuatro escolares, se han comprometido a acompañar cada día a los niños, que tienen 12, 11, 10 y 6 años, hasta la parada del autobús. Además, niegan la peligrosidad esgrimida por Tráfico por cuanto 'no es necesario cruzar la carretera'. Salvador Serrano apunta como una posible solución la utilización de un microbús más pequeño que sustituya al actual autobús de 50 plazas que apenas es utilizado por una docena de escolares de la periferia de Linares. 'Un transporte más pequeño podría acceder hasta las inmediaciones del cortijo y evitar que los niños se acercasen a la carretera', plantea Salvador.

Mientras tanto, el delegado de Educación en Jaén, Miguel Jurado, asegura que se están haciendo todas las gestiones posibles con la empresa concesionaria de la línea de transporte escolar para buscar una solución a este conflicto que ha dejado sin colegio a cuatro niños. La familia Serrano ha rechazado otras dos alternativas propuestas con anterioridad por las autoridades educativas: la concesión de una ayuda individualizada de transporte o internar a los niños en una residencia escolar de Linares. 'Es absurdo que viviendo a cuatro kilómetros mis hijos tengan que estar viviendo fuera de la casa', manifiesta el padre, que demanda una mayor flexibilidad a la hora de interpretar las normas para este tipo de transporte.

También los consejos escolares de los centros Oretania -donde estudia Salvador, el mayor de los hermanos- y Santa Teresa Doctora -donde están escolarizados los otros tres- han pedido a las Administraciones una rápida solución a este problema que, según recalcan, 'atenta contra el derecho a la educación'. El consejo del colegio Santa Teresa va más allá incluso y anuncia su disposición a denunciar el tema ante el Defensor del Pueblo y el Parlamento Andaluz. 'Las autoridades deben velar por el derecho a la educación con objeto de no convertir en papel mojado todas las declaraciones sobre la excelencia del sistema educativo. Los planes de igualdad y solidaridad tienen poco valor si a la hora de aplicarlos se escapan situaciones como ésta', se asegura en un comunicado hecho público desde el colegio Santa Teresa. El Ayuntamiento de Linares no ha querido terciar en esta polémica aduciendo que se trata de un caso para el que no tienen competencias.

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Así las cosas, la más pequeña, Linarejos -que tiene el mismo nombre que la patrona de Linares- intenta aprovechar al máximo estas vacaciones inesperadas para jugar con sus hermanos. Pero éstos, quizá más conscientes de la gravedad del asunto, no hacen más que preguntar a sus padres por qué ha dejado de pasar el autobús que ha sido su compañero de viaje desde que comenzaron el cole. Menos mal que, para remediar la situación, no les faltan los deberes que algunos profesores les han puesto en los últimos días cuando los han visitado en el cortijo. 'No es lo mismo, yo prefiero ir a clase', indica Salvador, el mayor de los hermanos, que echa de menos a sus amigos del IES Oretania.

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