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Reportaje:

'Julia, tienes tuberculosis'

Médicos Sin Fronteras pone al público en el lugar de los enfermos de los países pobres

Margot Molina

Julia García, 22 años, tiene tuberculosis, una enfermedad que mata a cuatro personas en el mundo cada minuto. Una médico le preguntó si alguien de su familia la padecía, ella lo negó. Mintió. Su madre hace mucho tiempo que escupe sangre. Julia está muy cansada, tose continuamente, tiene fiebre y ha perdido siete kilos en los últimos dos meses. A pesar de la fatiga no acudió al hospital más cercano, sino que tomó el autobús y se fue a otro barrio donde nadie la conoce. Teme el rechazo que la enfermedad produce. Pero la peor noticia que Julia recibió ayer no es la confirmación de su enfermedad, eso ya se lo temía, sino el precio del tratamiento: 15.000 euros. Su familia no tiene dinero y la fundición de hierro y acero en la que trabaja no se hace cargo de los gastos sanitarios.

Salvo el nombre de la paciente, todo lo demás es cierto. Julia en realidad es Lida, una joven ucraniana de 17 años a la que la organización Médicos Sin Fronteras está tratando con medicamentos genéricos, de forma que el coste para curar su tuberculosis disminuya hasta los 3.500 euros.

'La tuberculosis ha crecido en los últimos diez años un 20% en la Europa del Este y en la antigua URSS, especialmente entre los enfermos de sida, cuyo sistema inmunitario es muy frágil. Se contagia al toser o hablar, generalmente por la falta de higiene en personas que viven hacinadas', explica Julia García, sevillana de 22 años y estudiante de quinto curso de Medicina. Julia fue una de las personas que jugó el martes a la ruleta que Médicos Sin Fronteras instaló en Sevilla, en el Prado de San Sebastián. Le tocó ser tuberculosa -casualmente la enfermedad sobre la que tiene más conocimientos- y como tal fue atendida en un dispensario similar a uno de los 27 que esta ONG tiene repartidos por el mundo.

La ruleta es el primer apartado de la exposición Atrapados. Enfermedades olvidadas, vidas ignoradas, instalada en un trailer de los que la ONG tiene para su Campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales. La muestra, que estará hasta el día 14, pretende concienciar a políticos y ciudadanos sobre la necesidad de que gobiernos y empresas farmacéuticas faciliten el acceso a la sanidad en los países más pobres.

'La gente debe ser consciente de que se trata de personas reales, de carne y hueso, no son sólo una fotografía en los periódicos. Además, el problema de la tuberculosis lo tenemos más cerca porque en España ha aumentado el número de casos a raíz del virus del sida. Ahora de cada 100.000 personas, 50 son tuberculosos', comenta Julia García, quien hace cuatro meses pasó un mes en Calcuta (India) haciendo labores primarias en un programa de la ONG Instituto Indio de Madres y Niños. Al final del recorrido Julia y Lida se acercaron. La estudiante sevillana compartió la fatiga de la joven ucraniana que lleva 18 meses hospitalizada y se va recuperando.

Julia García, en el dispensario que Médicos Sin Fronteras ha montado para la muestra <i>Atrapados.</i>
Julia García, en el dispensario que Médicos Sin Fronteras ha montado para la muestra Atrapados.ENCARNI MARÍN

La ruleta sin premio

Atrapados. Enfermedades olvidadas, vidas ignoradas, la muestra que presenta en Sevilla Médicos Sin Fronteras, se anuncia de una forma curiosa. En el Prado de San Sebastián hay una veintena de tiendas de campaña colgantes. Se trata de un atrapamoscas, como los que se utilizan para capturar a la mosca tsé-tsé, la transmisora de la enfermedad del sueño. Esta patología es una de las cuatro con las que cualquiera puede contagiarse de forma virtual al visitar la muestra. La malaria, el sida y la tuberculosis están también en la funesta ruleta. Sara Rodríguez Rivas, vigesa de 27 años, es la coordinadora médica del trailer que está recorriendo Andalucía con esta muestra en la que los visitantes se meten en la piel de un enfermo real, conocen los síntomas que padecen, saben dónde viven, cuánto ganan y, lo que es peor, cuánto cuesta el tratamiento que no pueden pagar. 'Lo principal es que la gente se conciencie para que presione a los políticos y a la industria farmacéutica, que son los únicos que pueden hacer algo para cambiar la situación. Se trata de enfermedades que tienen cura, pero que matan a 17 millones de personas al año en el mundo porque no pueden pagarse los medicamentos', comenta la doctora Rodríguez Rivas. Junto a ella otras 14 personas atienden al público que se acerca a la muestra. 'Hay que exigir a los gobiernos que legislen para que los medicamentos esenciales se puedan fabricar como genéricos y que bajen los precios', añade. Después de Sevilla, el trailer de la ONG estarádel 15 al 17 en Cádiz, del 19 al 21 en Málaga y del 22 al 24 en Granada. Hasta finales de mayo continuará por otras provincias españolas. 'No se trata de que Médicos Sin Frontera coja los medicamentos y los lleve a un sitio. Lo que pretendemos es un cambio global para que se produzcan allí donde son necesarios y a unos precios asequibles para la población afectada. En Brasil, donde ya existen genéricos para tratar el sida, la enfermedad ha disminuido mucho', concluye.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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