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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Muerte en Doñana

Dos linces han muerto en Doñana, uno de ellos marcado, triturados en su último aliento por las ruedas anónimas de algún conductor.

No es justificable que la Junta, encargada de gestionar la salud de tan importante Parque Natural, demuestre, como ha hecho otras veces, la irresponsabilidad de permitir que especies como el lince ibérico, en incuestionable peligro de extinción (apenas 40 ejemplares en Doñana y no más de 300 en todo el mundo), puedan sufrir tan duro revés.

El hecho de que se tratara de ejemplares jóvenes, cuyos cadáveres fueron hallados (la noche del día 11 y la mañana del 12 de este mes), respectivamente, en determinados tramos de las carreteras de Villa Manrique/El Rocío (ésta, sin el necesario vallado de protección) y Mazagón/Matalascañas, incide en la gravedad del -mortal- golpe, pues se obstaculizan, por un lado, la dispersión y consolidación de la especie, y con ello, las esperanzas de recuperación de uno de los patrimonios naturales más hermosos y genuinos de nuestra tierra.

Existe otro dato crucial que cuestiona más aún la actuación de la Junta, al existir un Plan de Desarrollo Vial en el entorno de Doñana que no ha sido aplicado y respecto del cual no hay noticias que muevan a esperar un cambio.

No parece importar que haya personas que aún consagran su tiempo y sus esfuerzos a salvar esas pequeñas pinceladas de lo que fue la vida en un planeta del que nadie nos hizo dueños. Tampoco importan las voces que alertan sobre la posibilidad, cierta y cada vez más cercana, de negar a las futuras generaciones la posibilidad de conocer, más allá de la taxidermia o los documentos escritos o visuales, la belleza y diversidad a que nosotros sí tuvimos acceso.

A muchos nos gustaría que la ceguera de quienes gestionan tan esencial legado se convirtiera en clarividencia, que su indiferencia deviniera en diligencia, como único punto posible de partida hacia la protección comprometida de todas aquellas especies que han habitado nuestro mermado entorno desde mucho antes de que estuviéramos aquí.- Federico Durán Basallote. Sevilla.

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Agresión ecológica en Guillena

El cartero no siempre llama dos veces. De hecho, a mi puerta, no ha llamado todavía nunca. El vivir en el campo, en Las Pajanosas, en una urbanización algo alejada de Sevilla, conlleva, en mi caso, que el cartero no me reparta las cartas. Y no es eso sólo. Aunque donde yo vivo es legalmente un barrio más de Guillena, desde que el Ayuntamiento lo recepcionó en 1987, las infraestructuras y servicios públicos están abandonados o escasamente mantenidos, como si fuéramos vecinos de segunda clase.

La gota que ha colmado el vaso de mi desesperación y la de mis convecinos es el hecho de que en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio de Guillena, aprobado recientemente, el Ayuntamiento haya declarado urbanizables las que hasta entonces eran zonas verdes dentro de la urbanización en la que vivimos, con la intención de construir 659 viviendas (lo que supondría triplicar la densidad máxima de población de la urbanización, además de tener que cortar numerosas encinas).

Como es de imaginar el que compró o construyó una vivienda aquí, atraído por los valores naturales de la zona, no puede estar muy dispuesto a que estos se destruyan por la especulación. Por esta razón, la asociación de vecinos El Encinar y otros vecinos de la zona presentaron un recurso contra en PGOU que fue aceptado a trámite por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Aunque el Ayuntamiento de Guillena pueda querer transmitir la imagen de que los que han recurrido el PGOU se oponen al progreso de Las Pajanosas, esto no es cierto. Yo, personalmente, desearía que aumentara la población residente de la zona y con ello los servicios que hoy son escasos; pero no a costa de destruir zonas verdes.

El Ayuntamiento argumenta que en el PGOU se han aumentado las zonas verdes (pues se ha cambiado la calificación de urbanizable a no urbanizable de lo que en los años 60 se proyectó como la segunda fase de la urbanización Golf Pajanosas). Pero ese aumento es sólo sobre el papel, pues esas zonas llevan más de 30 años siendo dehesas de encinas, más verdes no podían ser, por más que legalmente se hubieran podido urbanizar. Como es fácil de imaginar, la construcción de la autovía de La Plata, a su paso por Las Pajanosas, acercará esta zona a Sevilla y con ello la posible demanda de viviendas. La especulación parece inevitable.- Javier María Bustamante Díaz. Urbanización Golf. Las Pajanosas. Guillena (Sevilla).

El motivo de mi carta es denunciar públicamente que en la urbanización de Las Pajanosas (Guillena), declarada zona de Interés Turístico Nacional, se quiere proceder, una vez sea aprobado el PGOU, a la edificación de 600 viviendas en una zona de dicha urbanización expresamente calificada como zona verde. Esto conllevaría, si nadie lo impide, a la poda total del encinar más bello de la provincia de Sevilla, acabando con el equilibrio de zonas verdes existente en la urbanización.

Mi intención es hacer público este avasallamiento de una zona de gran valor ambiental para Andalucía, cuyo origen se encuentra en una brutal especulación hacia estos terrenos.

Ruego a la señora consejera de Medio Ambiente que se preocupe personalmente de algo que atañe a su Consejería, velando por la protección de zonas verdes y de interés turístico calificadas como tales, y así nos demostrará, con su proceder en justicia, que su Consejería es digna de llamarse de 'Medio Ambiente'.

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