_
_
_
_

Los forenses relatan la brutal paliza a la víctima de la Villa Olímpica

'Como si hubiesen metido su cabeza en una batidora'. Con esta crudeza se explicaron ayer los forenses para explicar el estado en el que quedó el cuerpo de Carlos Javier Robledo después de haber sufrido la brutal paliza que acabó con su vida la madrugada del 1 de abril de 2000 en la Villa Olímpica de Barcelona. Los 10 supuestos agresores le propinaron patadas en todo el cuerpo, y no sólo el cráneo resultó afectado. También el cuello, las vértebras cervicales, la tráquea y los bronquios. La paliza provocó el estallido del duodeno y tampoco se salvaron los testículos, ni la cara.

'Las lesiones fueron determinantes del óbito', asegura el fiscal en su escrito de acusación y los peritos lo ratificaron ayer ante el tribunal que juzga a nueve acusados. El otro ya está cumpliendo la pena de ocho años de internamiento en un centro cerrado que le impuso un juzgado de menores. Según los forenses, la agresión fue 'severa y excesiva' y cuantificaron en 18 las heridas que presentaba el cuerpo de Robledo. En esas circunstancias, dijeron, era muy difícil que sobreviviera. Ya lo explicó su amigo la semana pasada ante el tribunal. 'Cuando lo cogí en brazos estaba agonizando y sabía que se iba a morir'.

Huellas en el cráneo

La cabeza fue la parte del cuerpo de Robledo que resultó más afectada. En total siete golpes o patadas. Quedaron huellas de algunas de ellas en el cráneo y fueron realizadas con calzado con suela de caucho o goma dura. Por lo demás, los forenses confirmaron otros dos detalles ya explicados durante el juicio por los dos testigos de los hechos: los agresores rodearon en círculo a su víctima y se ensañaron, y Robledo no pudo defenderse.

Los psicólogos explicaron también al tribunal que los agresores sabían lo que hacían y que no presentan ninguna alteración mental o de personalidad que afecte a su comportamiento. Ésa es la tesis que plantea algún abogado para su cliente. Las pruebas psicológicas que les hicieron al ser detenidos no revelaron que fuesen especialmente violentos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_