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Entrevista:JOSÉ LUIS ZUMETA | Pintor

'Ahora sé más que antes de mi pintura'

Para el pintor José Luis Zumeta (Usurbil, 1939) este va a ser un año muy internacional. Primero va a exponer en Biarritz, del 15 de marzo al 15 de abril, obras de gran formato. En septiembre, lo hará en la Galería Haim Chanin de Nueva York.

Pregunta. ¿Hay para usted un acto tan gratificante como el hecho mismo de pintar?

Respuesta. A mí el hecho de pintar me da algo especial, que es como coger -a veces, no siempre- el presente. Es algo que no pasa en las demás cosas. El instante lo vives como una realidad, apresándolo. Eso es muy gratificante.

P. ¿En qué ha cambiado su manera de pintar con el tiempo?

R. No ha cambiado demasiado, salvo que ha ido adquiriendo más libertades o más limpieza, o que antes trabajaba más a ciegas. Pero, fundamentalmente, desde los años setenta y tantos hasta ahora, creo que no ha cambiado demasiado. Quizá antes era más orgánico, más vegetal, más en relación con la naturaleza, y ahora tiene un equilibrio con cosas más geométricas. Hay un equilibrio entre lo orgánico y lo geométrico. O sea, una cosa informe y otra cosa que formaliza, para dejarlo más cristalino. Se trata de conseguir un equilibrio entre las dos posturas.

'Sin pintar se hacen muy largos los días y tienes a veces hasta mala conciencia'
'Yo quiero aprender de lo que se hace sin saber. Eso te da un poder de renovación'

P. ¿El compromiso más acuciante del artista reside en resolver los problemas que le plantean los cuadros cada mañana?

R. Es lo que te llena el día y te llena, consecuentemente, la vida. El quid reside en tener energía para empezar un cuadro. A partir de ahí, el problema que se plantea hay que solucionarlo. Seguir al cuadro donde te lleva, sin tener demasiados prejuicios a priori. Eso es lo más acuciante para mí, ya que es mi vida. En realidad, toda mi vida, o la mayor parte de ella, está basada en la pintura, aunque tenga importancia, asimismo, el amor, la familia las relaciones con los demás. Repito: la pintura es uno de los fundamentos de mi vida.

P. ¿Quiere decir que los días que está sin pintar le falta algo a su vida?

R. Claro, claro. Sin pintar se hacen muy largos los días, y tienes a veces hasta mala conciencia, y no te encuentras bien, algo te falta. Es difícil llenarlo, porque no soy una persona muy diversificada en la vida. Prácticamente mi pensamiento lo tengo en la pintura todo el día. Con las cinco o seis o siete horas que dedico a pintar se llena el día. Y si sale bien, es un día feliz.

P. ¿Sigue pensando que pintar es pura impotencia, que sólo afloran los mínimos?

R. Eso alguna vez lo dije. Quizá ahora sé más que antes de mi pintura. Esa expresión tan radical, por el momento, ha quedado más suavizada. Claro que la impotencia todavía sigue siendo grande. Cuando ahora te salen cosas, a veces sientes que realmente puedes y que eres capaz, y entonces te crees que puedes con todo.

P. ¿Ha imaginado alguna vez la llegada de un promotor a su estudio pidiéndole que pinte un mural de veinte metros de largo por cuatro de alto?

R. Tengo un mural hecho en Usurbil, con 145 metros cuadrados. Pensé que a partir de ahí tendría más encargos. Antes soñaba con el trabajo público. Ahora me he resignado a hacer el trabajo de taller. Sin duda, una ilusión mía ha sido hacer trabajos grandes y públicos.

P. ¿Cada lienzo que inicia lleva precedido algo así como una plegaria interior, cuyo lema sería el deseo de no repetirse jamás?

R. Utilizar los recursos que sabes, la repetición, la facilidad, todo ello supone un peligro muy grande. Por eso he pintado bastante a ciegas durante muchos años. Ahora, con la edad, voy utilizando más recursos, porque tengo que aprovecharlos también en algún momento dado. Sin embargo, he procurado toda mi vida aprender de lo que no sabes. Lo que sabes sin saber es lo que aprendes. Chillida suele decir: 'Hay que hacer lo que no se sabe'. Yo quiero aprender de lo que se hace sin saber. Eso te da un poder de renovación y continuamente te vas sirviendo y autoalimentando a ti mismo.

P. ¿Le parece que el poder necesita controlar a los artistas? ¿El artista tiene que saber esto y reaccionar rebelándose para sentirse siempre libre?

R. Yo no he tenido esa impresión. Todo lo contrario, nadie se ha acordado de mí en la vida. Y me alegro. Ni siquiera he tenido que luchar contra el control, porque nadie me ha pretendido controlar, ni me ha pedido nada ni me ha ofrecido nada. He vivido totalmente independiente de todo eso.

P. ¿Las referencias figurativas comportan una mayor dosis de anécdota?

R. Lo figurativo te da una cierta tendencia literaria.

P. ¿La abstracción se sustenta sobre menos apoyaturas?

R. Tampoco hago una abstracción que no tenga ciertas sugerencias figurativas. Es verdad que lo que es evidente como figuración tiendo a eliminarlo. Es una sugerencia figurativa que no llega a concretar.

P. ¿En toda gran obra puede percibirse el proceso de su propia creación?

R. No lo creo. Lo que creo es que reconocer el proceso de creación acerca al propio creador; incluso, a veces, algún error o dificultad que se percibe en la obra es gratificante. Sin embargo, por ejemplo, a mí la Gioconda me parece impenetrable, y esa dificultad es su valor, su enigma y su misterio.

P. ¿El arte llega más lejos que el sentido de la belleza?

R. ¿Qué es la belleza? ¿No será lo feo aquello que no hemos descubierto como bello?

P. A veces los espectadores ven formas figurativas en trazos abstractos. ¿Por qué?

R. Cualquier forma orgánica es susceptible de sugerir una imagen figurativa, por lo que el espectador puede dar una interpretación diferente, dependiendo de sus vivencias y cultura. Mucha gente puede pasar largo tiempo viendo figuras, escenas observando las nubes, una vieja pared, un bosque. Ese es un mecanismo común y primario. Cuando no existen más que planos y geometría, ese mecanismo no funciona. Y el que se engancha a la obra sólo por referencias orgánicas al arte se encuentra perdido.

P. ¿Cómo lleva lo que parece su lanzamiento internacional?

R. Te refieres a la exposición de Nueva York. No creo que eso tenga una trascendencia grande. Soy el más interesado en que vaya bien, y que guste y que tenga opciones de exponer más veces. Pero no creo que tenga tanta importancia.

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