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GESTIÓN Y FORMACIÓN
Columna
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La mala imagen de la formación profesional

Desde los planteamientos de una orientación profesional coherente, no se puede evitar convertirse en paladín de la formación profesional (FP). En mis 30 años dedicados a la orientación, siempre he defendido la FP como una opción que debe proponerse al alumno en condiciones de igualdad con las otras ofertadas. No podemos permitir que la carga negativa que arrastra la FP condicione la elección de una profesión.

Todos los partidos políticos, cuando inician la responsabilidad de una legislatura, hablan de la FP como el gran reto para conseguir situarla en el lugar que social y laboralmente le corresponde.

¿Cuál es el motivo del desprestigio de la FP en nuestro país? Durante siglos, generación tras generación, se ha valorado, de modo en ocasiones su-bliminal, la imagen del 'señor' que no necesita trabajar. Afortunadamente, la realidad se ha impuesto y apenas quedan 'señoritos' que se planteen vivir así. Este prejuicio se ha sustituido por la obsesión de la mayoría de los padres por la universidad como garantía de ascenso social para sus hijos.

'Nuestro sistema educativo no necesita una nueva ley de FP. Necesita más recursos y algunas mejoras'

¿Por qué esta obsesión? En los años sesenta un título universitario era garantía de empleo; prácticamente todos los universitarios estaban destinados a ocupar puestos de mando. Con el Estado de bienestar, en España se potenció el acceso a la educación. Todos debían ir a la escuela hasta los 14 años, y después hasta los 16. Desde la Administración se promueven becas y ayudas para acceder a la universidad y ésta se ha convertido en algo deseado por todos, como prueba de capacidad intelectual. La FP se reservaba para los malos estudiantes que, con la Ley de 1970, podían optar por esta salida sin el título de Graduado Escolar.

En ese modelo de FP, dividida en dos niveles, era tal la carga de materias (11) que los alumnos capacitados para estudios más prácticos fracasaban estrepitosamente. Desde el Departamento de Orientación de la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, encontramos un índice de fracaso del 82%, incluidos los alumnos que no consiguieron el título de Técnico Especialista (segundo grado) entonces muy bien considerado para la inserción laboral.

El diseño de la nueva FP propuesto en la LOGSE pretende responder a las necesidades del mundo productivo, se organizan grupos de trabajo mixtos por sectores, empresa y administración educativa codo con codo, para determinar las competencias profesionales requeridas en los sectores productivos para cubrir los puestos de trabajo y adaptar el currículo de los distintos títulos. Se consigue así un catálogo de títulos agrupados en familias profesionales para dar respuesta a la demanda del mundo productivo. Los contenidos se conforman en un currículo de estructura modular con el fin de adaptar los programas a los rápidos cambios del mundo del empleo. El requisito necesario es haber adquirido los conocimientos básicos necesarios del tronco general para que la FP específica pueda ser de corta duración. Al mismo tiempo, se acaba con la doble vía que se impuso con la antigua ley: torpes a FP, listos a bachillerato.

Otro de los grandes aciertos de la FP de la tan maltratada LOGSE, es la incorporación de módulos de orientación y formación para el empleo, que preparan al alumnado para la incorporación al mundo laboral -y así lo demuestran las estadísticas- o, en un alto porcentaje de títulos, para la creación de la propia empresa. No podemos explicar aquí el contenido de todos estos módulos, pero la denominación es suficientemente explícita: formación y orientación laboral; relaciones en el entorno de trabajo; creación y administración de una pequeña empresa; formación en centros de trabajo...

Cuando se trata de romper un círculo vicioso como el que afecta a la deteriorada imagen de la FP, lo mejor es ofrecer un sistema de formación moderno y ágil que puede competir con los sistemas de nuestro entorno. Pero ¿quién conoce realmente la FP LOGSE? ¿Las administraciones educativas han hecho el esfuerzo necesario para acercar la FP a la sociedad? ¿Se promueve un acercamiento de los medios a estas enseñanzas para hacerlo llegar al público?

Si los padres, los empresarios, el alumnado y toda la sociedad en general entendiera lo que hay detrás de la oferta de FP, tendríamos andado la mitad del camino hacia ese cambio de imagen que tanto preocupa.

Siempre se pueden mejorar los planes de estudios, pero partamos de lo que ya existe. Nuestro sistema educativo no necesita una nueva ley de FP, necesita que siga funcionando y se proporcionen recursos y vías de mejora. Cualquiera que haya trabajado para la Administración muchos años, como es mi caso, se habrá preguntado cómo es posible que este país siga avanzando, cuando siempre que se propone un cambio se pretende empezar de cero sin dedicar siquiera un tiempo prudencial a analizar lo que ya existe y empezar a construir desde ahí.

Los profesionales de la orientación seguiremos luchando porque la FP sea una opción, en muchos casos la mejor, para empezar a construir un plan de carrera, y para conseguirlo tendremos que darla a conocer al equipo directivo, profesorado, padres, alumnos y a la propia Administración.

Concha Vico es directora general de Orfor Consultores.

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