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AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA
Columna
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Monterrey: la otra cumbre del desarrollo

Joaquín Estefanía

TODAS LAS MIRADAS están puestas en la reunión del Consejo Europeo de Barcelona del próximo fin de semana. Pero a continuación se celebra otra cumbre en Monterrey (México), de importancia singular para la financiación del desarrollo, de la que apenas se ha hablado. De Barcelona han de salir algunas de las propuestas europeas para Monterrey. La Conferencia Internacional Finanzas para el Desarrollo, en Monterrey, debe ser la concreción de la Cumbre del Milenio, que en septiembre de 2001 se celebró en Nueva York bajo el auspicio de las Naciones Unidas. Una de las decisiones fundamentales de la misma fue lograr una reducción de la pobreza en el mundo a la mitad con la fecha límite del año 2015.

Una de las ideas fuerza que surgió de la ONU en la Cumbre del Milenio era reducir a la mitad la pobreza en el mundo para el año 2015. De Monterrey deberían salir los recursos y las políticas para obtenerlo. No hay nada

Además de multitud de organizaciones no gubernamentales, los participantes de Monterrey serán los jefes de Estado y de Gobierno de numerosos países del mundo (en teoría, todos los de la ONU), ministros de Economía y principales instituciones multilaterales tipo Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio, así como los organismos de Naciones Unidas centrales en el desarrollo. Entre los mandatarios presentes, ha confirmado su presencia George Bush. Según la ONG Iniciativa Solidaria Internacionalista (ISI), la significación de Monterrey es que supone la primera reunión, tras Bretton Woods, que sentará conjuntamente a todos los poderes económicos y políticos a escala mundial 'tras una coyuntura de encendido debate sobre la enorme brecha Norte-Sur, el papel de las instituciones financieras internacional, la crisis de la Ayuda Oficial al Desarrollo y los conflictos causados por las presiones de las grandes empresas transnacionales para desregularizar aún más el comercio, fomentar las privatizaciones de los servicios y la liberalización total de las inversiones directas en el extranjero'.

Un grupo de expertos, coordinado por el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo y del que forman parte, entre otros, Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea, y Robert Rubin, secretario del Tesoro de EE UU con Bill Clinton, han preparado la conferencia de Monterrey, entre cuyos temas está la movilización de recursos financieros nacionales e internacionales, la mejora de la cooperación financiera internacional (reaparecerá con toda su pujanza el debate sobre la propuesta de dedicar el 0,7% de los presupuestos nacionales a la ayuda al desarrollo y el compromiso de desvincular la ayuda bilateral a la adquisición de bienes y servicios del país donante), la condonación de la deuda externa a los países menos avanzados (la inmensa mayoría, africanos), una discusión sobre el proteccionismo y el papel de la OMC (en un momento oportuno, cuando Bush acaba de abrir la guerra del acero, imponiendo aranceles a las importaciones norteamericanas de este producto) y, en general, el análisis sobre la retórica de la nueva arquitectura financiera internacional, surgida tras la crisis financiera de finales de los noventa.

Las expectativas de que de Monterrey salgan ideas nuevas sobre el desarrollo y de que emerjan recursos concretos para la reducción de la pobreza -una de las características centrales del proceso de globalización realmente existente- se han diluido conforme han ido acercándose las fechas de la conferencia. El borrador del documento final que se conoce, titulado genéricamente Consenso de Monterrey, no pasa apenas, una vez más, de los buenos deseos. De la Unión Europea se esperaba un impulso que debería partir del Consejo de Barcelona. Las ONG critican el papel pasivo de la presidencia europea, ocupada ahora por turno por José María Aznar, y opinan que después del 11 de septiembre ha avanzado mucho la 'coalición contra el terrorismo' -principal finalidad de EE UU- y nada una 'coalición contra la pobreza', que estaría entre las explicaciones últimas de la violencia en el mundo.

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