Impresionantes medidas de seguridad en el Boca-River

El Boca-River de esta tarde en la mítica Bombonera se disputa dentro del corralito de seguridad montado para interrumpir la secuencia de muertos y heridos que se viene sucediendo desde hace cinco jornadas, cuando comenzó el torneo Clausura de la Liga argentina. La escasez de público, que esta vez no agotó las localidades, será compensada por agentes de civil y de paisano. El promedio estimado es de un policía por cada 35 espectadores.

Los presidentes de los clubes acordaron que los dos equipos salgan juntos al campo de juego como una señal de amistad en la que nadie cree. El clásico de los clásicos del fútbol argentino es siempre el partido más vigilado, dentro y fuera del estadio. Aún así, es el que más víctimas registra en las estadísticas. La rivalidad está instalada en las familias, los barrios y las calles. Una camiseta, una bandera o una broma pueden servir como provocación y detonante.

El River no gana desde 1994 en el campo de su gran rival. Pero esta vez el Boca sufre la ausencia de su mejor jugador, Riquelme, y una baja notable en su rendimiento en relación con el River, que aparece como levemente favorito. Pero bastaría que nadie salga lastimado para que el fútbol argentino respire y aguante una semana más.