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Los independientes copan las listas de las legislativas en Colombia

En medio de un clima enrarecido por la violencia, los colombianos votarán este domingo para renovar el Congreso, una de las instituciones más desprestigiadas del país, hasta el punto de que para buena parte de la opinión pública es sinónimo de corrupción. Las denuncias sobre las presiones de la guerrilla y los paramilitares para imponer a sus candidatos, las acusaciones sobre el ingreso de dinero ilegal y la compra de interventores en las mesas electorales se multiplican en unos comicios en los que tradicionalmente la abstención supera el 50%.

'El poderío de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se verá reflejado políticamente con más de la tercera parte de los escaños del Congreso', ha anunciado uno de los jefes de estos grupos de extrema derecha. La guerrilla, por su parte, ha declarado 'objetivo militar' a varios de los candidatos.

Nadie ha tenido garantías de seguridad en estas elecciones en la que se elegirán 102 senadores y 166 representantes a la Cámara baja. 'Uno sabe que está en peligro, que está expuesto', dijo a este periódico el candidato al Senado por el Frente Social y Político, Carlos Gaviria, uno de los que han hecho campaña sin guardaespaldas. Este jurista asegura que hay que hacer un esfuerzo mental muy grande para afirmar que las elecciones serán democráticas. 'Empezando porque la democracia implica un plano de igualdad y hay campañas con mucho dinero que gozan de protección privada', añade.

Crisis de los partidos

Las elecciones reflejan la crisis de los partidos tradicionales -Liberal y Conservador- que, sin listas propias, participan en infinidad de listas en una auténtica rapiña. La reforma política figura en la agenda del nuevo Congreso, que se constituirá el próximo 20 de julio bajo la amenaza de ser revocado. Álvaro Uribe, el candidato del Partido Liberal con más opciones actualmente para llegar a la presidencia, tiene en su lista de promesas -en la que prima 'la autoridad y el orden' para acabar con el conflicto con la guerrilla-, un referéndum para cambiar el poder legislativo. Otros políticos ven signos de esperanza en estos comicios en el hecho de que las encuestas muestren una disminución de la abstención, - 'la gran aliada de las maquinarias es la abstención', afirma el conservador Juan Manuel Ospina-, y el que en la lista de preferencias electorales figuren los candidatos independientes que han hecho bandera de la lucha contra la corrupción. Ospina opina que el país está entrando a una etapa de 'transición política'.

Por otra parte, resulta paradójico que las preferencias de los electores coincidan con los candidatos que abogan por la salida negociada al conflicto. 'Es el reflejo de la confusión ideológica que viven los colombianos', asegura el candidato independiente Daniel García Peña. 'Es posible que exista una racionalidad subliminal', agrega, 'la gente piensa votar por un presidente de mano dura -Álvaro Uribe- y un Congreso que sirva de freno, que dé equilibrio y haga contrapeso'.

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