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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Basura a la parrilla

Cuando Julia Otero le dedicó una edición de su programa Un paseo por la vida, Gustavo Bueno dejó de ser un filósofo de minorías para convertirse en un pensador mediático con un discurso que, en apariencia, no se corresponde con su edad (nació en 1924) ni con un currículo que combina una cátedra universitaria, la dirección de una fundación y de una revista y ensayos sobre temas tan poco televisivos como el materialismo dialéctico. Con un ideario que algunos califican de extravagante, Bueno ha ido levantando un corpus teórico sobre televisión que se plasmó en un primer ensayo (Televisión: apariencia y verdad) y que prosigue con Telebasura y democracia, donde amplía las ideas de sus artículos sobre Gran Hermano. Simplificando, podríamos decir que Bueno prefiere Gran Hermano a Operación triunfo, una postura que obliga a sus lectores a cuestionarse muchas cosas, aunque, al final, continúen discrepando de él. Telebasura y democracia analiza la conexión entre televisión y democracia y la contradicción que el valor cuantitativo de la audiencia plantea al juzgar sus contenidos sólo por su nivel de consumo. Con un correoso afán de polémica, Bueno disecciona el áurea metafórica del medio y desarma a los que, desde posturas progres o de poder, etiquetan la oferta con viscosa moralina: '¿O es que el pueblo que ha sido capaz de elegir a sus representantes y a los programas que ellos defienden -y que en gran parte los ha conocido a través de la televisión- no va a ser capaz de elegir los programas de televisión y las cadenas que prefiera, según su leal saber y entender?'.

TELEBASURA Y DEMOCRACIA

Gustavo Bueno Ediciones B. Barcelona, 2002 256 páginas. 13,99 euros

Se produce, sin embargo, una

curiosa paradoja: sus argumentos para analizar la telebasura se asemejan a los de los directivos de las cadenas. La diferencia está en que Bueno maneja ideas complejas mientras que los directivos se limitan a salvar su inestable pellejo.

Con un estilo espiral, algo reiterativo, Bueno profundiza en la etimología del concepto basura y, como un forense, lo abre en canal. Para ello, recurre a un punto de vista tan minucioso que le impide tratar realidades colaterales como la promiscuidad entre medios elevada a modelo de conducta, que erosiona su desarrollo. Un desarrollo basado en lo que Joaquim Maria Puyal denominaba 'productos de rápida combustión' y que fomenta la insaciabilidad de un tinglado que tiene más de industria de la improvisación en busca de beneficios que de instrumento de comunicación racional. Para combatir el fariseísmo de quienes se arrogan el derecho a intervenir en los contenidos de la telebasura, Bueno adopta una postura de un liberalismo tan puro en lo conceptual que casi roza el todo vale. Una forma de análisis que combina parámetros teóricos con pinceladas históricas sin entrar en matices como la influencia de la mercadotecnia en los contenidos y cómo éstos, arrastrados por el caótico caudal consumista, influyen en la identidad de un espectador mutante, cada vez más cliente y menos receptor.

'Pocas actividades tan ampliamente utilizadas han sido objeto, desde hace tanto tiempo, de tanta pereza intelectual, de tanto conformismo crítico y finalmente de tanta sumisión a las costumbres del momento. Y, sin embargo, la televisión es uno de los símbolos más espectaculares de la democracia de masas, y ésa es, sin duda, una de las razones por las cuales se ve investida por todas las esperanzas y, al mismo tiempo, es incapaz de satisfacerlas', escribe Dominique Wolton en su Eloge du grand public. Telebasura y democracia combate esa pereza abundando en aspectos inéditos de la reflexión sobre el medio. Precisamente por eso, se convierte en una estimulante pieza de un análisis más ambicioso, global, que, debido a su complejidad y a la certeza de que nunca alcanzaría el share deseado, todavía está por escribir.

Imagen de la primera edición de 'Gran Hermano' en España.
Imagen de la primera edición de 'Gran Hermano' en España.

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