El agua del trasvase del Ebro eludirá el embalse de Tous y no se mezclará con la del Júcar

El trasvase del Ebro hacia el sur no empeorará la calidad del agua de riego y los abastecimientos del Júcar. Según el trazado definitivo de la infraestructura, presentado ayer en Madrid por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, el agua del Ebro pasará de largo por el Júcar sin mezclarse con la de este río -mucho más limpia y con menores índices de salinidad- en el embalse de Tous, como amenazaba el trazado ofrecido por el ministerio cuando se presentó el Plan Hidrológico Nacional (PHN). Aunque el nuevo canal aprovechará obras ya existentes, en la Comunidad será prácticamente todo nuevo.

Aunque las asociaciones de agricultores valencianos, fervientes partidarias del trasvase, no habían dicho nada al respecto, una de las mayores preocupaciones que causaba el PHN en la Comunidad, por lo menos entre los partidos de la oposición, era la sustitución de caudales en el Júcar, hasta ayer no solventada por el Gobierno central. La calidad del agua del Ebro es muy baja, supera los 1.000 microsieverts por centímetro cúbico, una conductividad (alta concentración de sales) que la UE recomienda como límite máximo en aguas prepotables.

El trasvase diseñado prevé caudales para el sur peninsular (Alicante, Murcia y Almería), pero no prevé ningún aporte de agua para la zona regada por el sistema Júcar-Turia. Es decir, no aporta ningún beneficio para esta semicuenca y sí podría perjudicarla. Cuando se presentó el proyecto del PHN el agua del Ebro no pasaba de largo por la provincia de Valencia, sino que se mezclaba en el embalse de Tous para servir de depósito intermedio (un problema añadido es que esta obra se diseñó para prevenir avenidas, función incompatible con el almacenamiento de agua).

Según aquel trazado, alrededor de 700 hectómetros cúbicos de agua de baja calidad del Ebro (la destinada al sur peninsular) se mezclarían con agua de mayor calidad del Júcar. La Fundación Nueva Cultura del Agua (Funca), que ha promovido en Bruselas el rechazo al PHN, advirtió incluso que 'las previsiones de evolución de calidad prevén un drástico empeoramiento, especialmente en la medida que está previsto ampliar los regadíos y otros usos del agua en la cuenca del Ebro'. La salinización de los cultivos de Valencia era pues un peligro latente.

Y con una amenaza mayor, según advirtieron los partidos de la oposición: Si ya es poco deseable que el agua mala del trasvase se mezcle con la buena del río y una parte siga hacia el sur, peor sería que 'toda' el agua mala del Ebro se quedara en el Júcar y hacia el sur (Alicante, Murcia y Almería) sólo se enviara agua limpia del Júcar a través, por ejemplo, del canal Tajo-Segura o desde una nueva conducción que partiera hacia el Vinalopó aguas arriba de Tous.

El nuevo diseño permite evitar el problema, aunque sí prevé una conexión a Tous por si hiciera falta verter agua del trasvase en momentos puntuales.

Por otra parte, aunque el trazado definitivo supone recortar el recorrido total ya que aprovecha infraestructuras ya existentes, la traza en la Comunidad Valenciana será prácticamente toda nueva. Tras la presentación, el consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón, mostró su satisfacción por un trazado que 'cubre todas las necesidades' y mejora 'notablemente todas las afecciones medioambientales que podía tener el primer proyecto'. Por su parte, el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, afirmó que 'parece que este proyecto únicamente se ha diseñado con el criterio de no afectar a espacios naturales'. Así, destacó que el trasvase evita la sierra d'Espadà y la de Crevillent y que atraviesa en túnel la Serra Calderona.