Sampaio intenta resolver la crisis de la Eurocopa
El presidente portugués, Jorge Sampaio, se reunió ayer con todos los responsables políticos y deportivos de la organización de la Eurocopa 2004 de fútbol para intentar resolver la crisis que ha concentrado los primeros días de la campaña para las elecciones generales del 17 de marzo. El presidente de la UEFA, el sueco Lennart Johansson, amenazó la semana pasada a Portugal con retirarle la organización del evento si continuaban los atrasos en las obras. La decisión del nuevo alcalde de Oporto, el conservador Rui Rio, de reducir el área comercial en torno al estadio Das Antas, incumpliendo los compromisos adquiridos por su predecesor e impidiendo la obtención de recursos para pagarlo, provocó el pasado viernes la suspensión de las obras por parte del presidente del club, un parón en todo el proyecto y una tormenta política aún por resolver.
Los socialistas acusan al PSD (Partido Social Demócrata, de centro-derecha) de haber orquestado una campaña para buscar problemas artificiales al Euro 2004 con el objetivo de desgastar al Gobierno, pero con un efecto contrario. El líder del PS, Eduardo Ferro Rodrigues, afirma que la táctica del PSD se ha vuelto contra el propio partido y ha provocado un problema de Estado que 'sólo está cubriendo de ridículo al país a escala mundial'. Por su parte, el presidente del PSD, José Manuel Durão Barroso, afirma que los socialistas han lanzado 'una campaña de miedo y difamación para desviar la atención de los portugueses' sobre los problemas reales del país.
Recogiendo velas, Durão Barroso defiende ahora que los responsables del caso mantengan silencio, siguiendo los consejos del presidente, y busquen una solución para que el Euro 2004 'sirva para unir a los portugueses y no para dividirlos'. El secretario general de los comunistas, Carlos Carvalhas, apeló a los ciudadanos para que no se dejen engañar por las maniobras de los dos principales partidos. A su juicio, los problemas del Euro 2004 sólo pretenden 'buscar votos para luego apretar el cinto a los trabajadores; hace unos meses hablaban de austeridad y medidas económicas y ahora todo eso ha pasado a un segundo plano'.
El Bloque de Izquierdas también reclamó una discusión seria sobre los problemas del país, abandonando la polémica del fútbol. Tras la reunión con el presidente, los responsables políticos y deportivos salieron del Palacio de Belém sin realizar declaraciones a los medios de comunicación, seguramente por sugerencia del propio Sampaio para no alimentar una polémica que está dañando la imagen de Portugal en el exterior.
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