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EMPRESAS

El 'software' catalán de AIA se enfrenta a los apagones de California

El grupo de Regina Llopis suministra a la compañía norteamericana Pacific Gasun programa para controlar la red eléctrica y restaurar el servicio en tiempo récord

Ana Pantaleoni

Diciembre en San Francisco. No hay luz ni para los árboles de Navidad. Al problema se enfrenta el grupo catalán AIA (Aplicaciones en Informática Avanzada). Su software reduce en más del 50% el tiempo de reinstauración del servicio eléctrico.

AIA, la empresa que dirige Regina Llopis, aprobó con nota la simulación que había propuesto Pacific Gas antes de firmar el contrato. 'Por primera vez en la vida, la compañía eléctrica envió a tres ingenieros a estudiar tecnología extranjera. Visitaron clientes nuestros como Endesa o Red Eléctrica, y conocieron las versiones anteriores al programa que comercializamos'.

Así AIA captó su primer cliente norteamericano. Pacific Gas and Electric (PG&E) es dueña de 27.000 kilómetros de líneas de electricidad en California. Llopis les ha vendido su AGORA, un programa que controla la red en tiempo real y que restaura el suministro tras un apagón.

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La clave está en dar a los operadores del sistema datos en tiempo real para que así se anticipen a posibles problemas, volver a poner en funcionamiento las líneas y conseguir la utilización máxima de la infraestructura. 'Nuestro sistema es capaz de observar la red siempre, aunque se produzca el apagón, mientras que otros programas cuando se acerca el colapso de tensión dejan ciego al ordenador, y es incapaz de calcular', explica Llopis. El precio de AGORA oscila entre uno y tres millones de dólares.

Una pica en Silicon

Y así ha empezado el periplo de Llopis en el mercado más duro, Estados Unidos. Hoy las condiciones son las adecuadas, pero AIA no nació ayer, sino en el siglo pasado (1988). Llopis es una precursora de la inteligencia artificial aplicada a la empresa.

AIA, con unos ingresos de casi cinco millones y medio de euros en 2001, desarrolla productos de ingeniería de software que resuelven problemas complejos en el sector de las telecomunicaciones, banca y energía.

Bancos y cajas de ahorro españoles se benefician, por ejemplo, en la gestión de las transacciones electrónicas que hacen los cajeros. Gracias a técnicas clásicas de inteligencia artifical, el software predice cuál es la necesidad de efectivo de un cajero para la próxima semana.

Llopis es doctora en matemáticas aplicadas a la inteligencia artifical por la Universidad de California; estudia con rigor matemático cada paso. La meta: la innovación rentable. 'Había dos mercados abiertos en Estados Unidos: Massachusetts y California. Conocíamos la Bahía por motivos personales, y nos decidimos por ella'. En noviembre, abrió oficina en San Francisco.

'Crear un producto robusto lleva unos años; pero además existen otros factores: como la desregulación de los sectores eléctricos', dice Llopis. 'Un consumidor ya puede elegir a qué empresa le compra la energía. Ante la creciente demanda, hay una fragilidad de la red eléctrica si no se ha invertido en mejorar las infraestructuras'.

AIA se adapta estos días a su nuevo edificio en el Parque Tecnológico de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), con piscina y biblioteca. Allí trabajan casi 100 empleados, entre matemáticos, informáticos, físicos... dedicados a resolver problemas muy concretos. 'La generalización está muy bien, pero siempre habrá espacio para la especificidad'. Y también para la personalidad. Llopis es un ejemplo.

Regina Llopis, fundadora de AIA
Regina Llopis, fundadora de AIAMANOLO S. URBANO

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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