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Reportaje:FÚTBOL | Una final excitante

César se prepara para su gran día

Nunca se vio a Casillas tan triste desde que Del Bosque le quitó la titularidad en el Madrid

Diego Torres

Nunca se vio a Casillas tan triste. Pateando balones contra un cartel publicitario, ayer en una pausa del entrenamiento, el rostro del canterano denunciaba melancolía mientras esperaba que César, su competidor por el puesto, terminara su ejercicio. Hace tiempo que los dos porteros no se dirigen la palabra más de lo rigurosamente necesario. Y ayer, menos aún.

En la mirada de Iker Casillas no había rastros de la resignación del imberbe. Estaba irritado y paseaba ansioso por la hierba como un lobo entre rejas. A sus 20 años, no consigue explicarse la causa de su suplencia en Vigo. Sólo sabe que no ha estado muy fino en algunos partidos, últimamente. Contra el Oporto, tal vez, contra el Athletic, o ante Portugal, con la selección, perdió puntería en los saques de puerta y sobre todo, salió a destiempo a cazar balones aéreos. Otra vez. ¿Pero fueron sus errores tan graves como para merecer el castigo de ver la final de Copa metido en el banquillo?

'Mi obligación por encima de afectos es elegir al que está mejor', dice Del Bosque.
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Casillas tiene muy fresco en el recuerdo el día que el Madrid se proclamó campeón de la Liga 2000-2001. Fue suplente y ahora se teme lo peor. Teme que el técnico, Del Bosque, haga lo que anuncia desde hace una semana, y elija a César como titular frente al Depor. Y más grave aún: teme perder la primacía en la Liga.

'No voy a entrar en este debate', zanja Del Bosque; 'mi obligación por encima de sentimientos y de afectos es elegir a los que considere que están mejor'.

El entrenador se muestra hermético. Sea cual sea la decisión que tome, siempre se siente culpable cuando hiere el orgullo de uno de sus jugadores. Sobre sus porteros reserva consideraciones encontradas. De Casillas valora el carisma, la sangre fría y el grado de madurez conque lleva el marchamo de ídolo. De César aprecia la experiencia y la seguridad que exhibe en los balones cruzados. No por nada tiene 30 años, nueve de los cuales vivió sufriendo un bombardeo bajo los palos del Valladolid.

A Casillas lo engrandece su origen de canterano madridista y el punto noble, heroico, juvenil. A César su vena analítica, la ponderación, y el escepticismo cáustico cuando dice que 'en el fútbol lo que pasa es que no pasa nada'.

Hace un año, César reflexionó: 'Toda la vida he tenido que trabajar el doble para obtener las mismas cosas que otros consiguen con facilidad'. A partir de ahí, ha vivido a la sombra de Casillas sin levantar la voz más que para desatar su costado irreverente en los entrenamientos -'¡A que no tienes cojones de tirar desde ahí, Luisfi!', le retaba a Luis Figo para que disparara desde fuera del área, a principios de temporada-.

César, durante su primera temporada con el Madrid.
César, durante su primera temporada con el Madrid.AS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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