'No' a las 36 horas semanales
Los electores suizos no votaron ayer sólo para decidir un cambio histórico en la tradición aislacionista de su país: también fueron preguntados en las urnas sobre la posibilidad de trabajar menos horas a la semana. La respuesta popular, en este caso, fue negativa.
Un sindicato había presentado una iniciativa para reducir la jornada laboral a 36 horas semanales frente a las 42 actuales. Tres cuartos de los 4,715 millones de electores suizos votaron en contra y la mayoría de los 23 cantones también rechazó la iniciativa. Desde 1958, se trata del cuarto intento frustrado para acortar la jornada laboral. La nueva iniciativa había sido lanzada, con el apoyo de 100.000 firmas, por la Unión Sindical Suiza (USS), un potente sindicato, cercano a los socialistas, que cuenta con unos 400.000 miembros.
Los partidarios de las 36 horas se han mostrado realmente decepcionados por el resultado. 'Esperábamos alcanzar por lo menos el 30%', señaló Jean-Claude Rennwald, vicepresidente del USS. 'De todos modos, lo importante es que el debate sobre la reducción del tiempo de trabajo vuelva a cobrar actualidad. Poco a poco, las cosas avanzan en ese terreno, sean los que sean los resultados en las urnas', dijo Christiane Brunner, presidenta del Partido Socialista.
La patronal suiza y los partidos de la derecha se felicitaron, en cambio, del voto masivo en contra. 'El pueblo suizo no ha querido hipotecar su futuro', señaló con una sonrisa el ministro de Economía Pascal Couchepin, quien argumentó que los ciudadanos no habían querido imponer a los empresarios una reducción de jornada sin una bajada de salarios.
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