_
_
_
_
Reportaje:LA CRISIS DE LA SECUNDARIA

La enseñanza pública lanza un SOS

El desprestigio de los institutos y la falta de recursos y planificación son la causa de la crisis, según los afectados

La educación pública vive un momento de desprestigio social 'inmerecido', protestan los profesores y responsables de los institutos de secundaria. Que tiene problemas nadie lo niega, tampoco que haya que revisarla. Pero esos problemas no suenan desconocidos. Son el reflejo en las aulas de cambios sociales y su influencia en los jóvenes, insisten docentes y responsables de los centros. La mayor parte de los problemas se derivan de cuatro factores: la escasez de recursos materiales y de profesores de apoyo para los alumnos que van peor y para atender a los inmigrantes; la carencia de herramientas para combatir la indisciplina de los alumnos; la necesidad de revisar la organización del sistema educativo y la falta de una distribución homogénea del alumnado con problemas entre centros públicos y concertados. Todos destacan de forma relevante la influencia de los cambios sociales en la escuela, lo que ha provocado cambios como la pérdida de autoridad del profesor, la escasa motivación para el estudio de muchos alumnos y la falta de implicación de las familias en los centros

'Con 14 años no sabes lo que quieres, y si un año te da por vaguear, no te deberían encasillar'

Un equipo de redactores de EL PAÍS ha visitado seis institutos de cinco ciudades españolas, todos ellos de entre 700 y 2.000 alumnos, con la intención de reflejar una imagen media, a pesar de la dificultad de plasmar un panorama tan complejo y tan diverso como el de los 5.850 centros públicos españoles que imparten la educación secundaria obligatoria (ESO). En la Comunidad de Madrid se han visitado el Instituto María de Zayas, de Majadahonda, y el Pablo Neruda, de Leganés; en Cataluña, el Sant Josep de Calassanç, de Barcelona; en el País Vasco, el Francisco de Vitoria, de Vitoria; en Andalucía, el Instituto Guadalviquir, de Sevilla, y en Galicia, el Rosalía de Castro, de Santiago de Compostela.

Los miembros de la comunidad educativa consultados proponen soluciones como garantizar profesores de apoyo para impulsar los programas de diversificación (la división de una parte de los alumnos de 3º de ESO en grupos específicos para algunas asignaturas), que, según los docenetes y orientadores, están dando un buen resultado, y la implantación de este sistema en todos los centros. Los docentes proponen además que se creen programas similares en 1º y 2º de ESO para los alumnos que no alcanzan los conocimientos mínimos de su edad, y otros para los inmigrantes que necesitan aprender de forma intensiva el español y que permiten a la vez su integración en las clases sólo en materias como la educación física, plástica, música y tecnología.

Profesores y directores señalan además la necesidad de reducir el número de estudiantes por clase para atender a la diversidad de alumnado y de eliminar la promoción automática en la ESO (pasar de curso aunque no se tenga el nivel mínimo). Y muchos docentes señalan que la estrecha relación entre los problemas educativos y sociales haría necesario que se implicaran en su solución departamentos como Asuntos Sociales, para atender a las familias de alumnos con problemas, o Trabajo, para acercar la información laboral y necesidades del mercado a los alumnos y sus familias.

La directora del María de Zayas, de Majadonda, Edita Villamide, explica: 'Hay unos programas de diversificación a los 16 años que están dando muy buenos resultados, en los que hay alumnos que luego acceden al bachillerato e incluso que van a la Universidad. Es mejor opción que los itinerarios que quiere hacer el Gobierno porque a los 14 años están en una edad en la que todavía todo es juego y se les junta con la llegada de la adolescencia y los conflictos que esto provoca en ellos'.

Villamide y una de las jefas de estudio del centro, Paquita Domingo, insisten en que 'hace falta sobre todo más recursos, que se pongan en todos los centros profesores de apoyo y otros que estén por las tardes para organizar actividades y dar refuerzo a algunos alumnos'.

'La solución para atender la diversificación es que los grupos sean más reducidos, que haya profesores especialistas de apoyo, para que se puedan hacer grupos de 15 o 20 alumnos y darles una atención más personalizada', añade esta directora. A lo que la coordinadora de este centro agrega que, 'para solucionar los problemas, habría que empezar por distribuir todos los alumnos equitativamente en todos los centros sostenidos con fondos públicos [concertados y públicos] y dejar un margen de plazas libres para escolarizar a los que llegan a mitad de curso'. 'Es cuestión de planificación', añade Villamide, 'si eso se hace bien y se da recursos a todo el mundo, la educación podría funcionar muy bien'. También resaltan la necesidad de más medios, de refuerzos horarios y de flexibilizar la organización de los centros los profesores del instituto Francisco de Vitoria, en Vitoria. Y en el Sant Josep de Calassanç, de Barcelona, insisten también en los medios: 'La ESO no funciona y sigue estropeándose porque no se solucionan los problemas de base', dice la profesora Àngels Ibarz.

Los docentes del instituto Pablo Neruda, de Leganés, apuntan la falta de implicación de las familias y resaltan que todos (los padres, la inspección, los profesores y los alumnos) deben inplicarse en el proceso, y no sólo en el resultado del alumnado. El jefe de estudios de este centro, Carlos Cerrolaza, explica que 'el éxito de la diversificación está claro: menos profesores por grupo porque dan ámbitos que resumen varias asignaturas y para los que no van especialmente bien. Todo el que la ha cursado en este centro salió encantado de haber acabado la ESO'.

El profesor de Historia de este centro de Leganés, José Alfonso Hernández, dice que 'la diversificación se diseñó para que los alumnos con dificultades superaran el currículo por la vía ordinaria, no para alumnos desmotivados y frustrados, a éstos se les sigue sin dar solución'. Un grupo de alumnos de la ESO de este centro dice que no se ven 'preparados' para que les dividan en itinerarios. Comparten esta opinión los estudiantes de una clase de 4º de ESO del María de Zayas, de Majadahonda. La resume Alicia, de 15 años: 'Está mal que pretendan encasillarnos desde pequeños, y no lo que vamos a estudiar'. Una compañera suya añade: 'Con 14 años, no sabes lo que quieres y algún año a lo mejor te da por vaguear, pero eso no quiere decir que te tengan que encasillar ya para siempre'.

Rubén, Rosa, Pablo y Sara, cuatro alumnos de bachillerato del instituto Rosalía de Castro, de Santiago de Compostela, consideran que su instituto está al nivel de los mejores colegios privados de la ciudad. 'Lo sabemos bien porque tenemos amigos que estudian en esos centros', afirman al unísono.

Y es que las críticas a la educación pública sientan fatal en los institutos, donde aseguran que no obedecen a situaciones reales. 'Muchos centros no tienen nada que envidiar a los privados, no es verdad que no controlemos a los alumnos, y además, la implicación del profesorado en el funcionamiento y organización del centro es muy grande en la educación pública, lo que es un factor motivador muy importante', añade la jefa de estudios del instituto María de Zayas, de Madrid, Paquita Domingo.

La directora del Instituto Francisco de Vitoria, en Vitoria, habla con varios profesores en el centro.
La directora del Instituto Francisco de Vitoria, en Vitoria, habla con varios profesores en el centro.PRADIP J. PHANSE

Clases de español para inmigrantes

Cada vez hay más alumnos inmigrantes que necesitan concentrar su educación en la lengua española antes de integrarlos en determinadas asignaturas', dice la directora Edita Villamide. 'No se puede meter a un alumno chino, que apenas entiende español, a clase de matemáticas o historia de 3º de la ESO. Tienen que estar escolarizados, por supuesto, y pueden compartir algunas materias con el resto de los alumnos, pero tiene que haber un profesor específico que les enseñe básicamente la lengua española', añade la jefa de estudios Conchita Domingo. 'A mitad de curso te llegan alumnos de otros países que por edad les corresponde entrar en 3º de la ESO, pero que llegan con un nivel de conocimientos de 1º', expone Domingo. 'Habría que generar grupos especiales que se dedicaran a poner a estas personas en su nivel para después incorporarles a la carretera general'. El profesor de Geografía e Historia y tutor de 3º ESO del Instituto Francisco de Vitoria, de esta ciudad, Mariano Lacruz, dice que está muy a gusto con tener inmigrantes en clase, aunque resalta que es una complicación añadida. 'Me gustaría tener horas de refuerzo para hacer con ellos otras cosas. Aunque muchos sean suramericanos, no hablamos el mismo idioma'. Los estudiantes procedentes de países de habla hispana tienen menos problemas. Entre los alumnos del Francisco de Vitoria está Carolina, que llegó de Colombia hace un año. Dice que la adaptación le resultó 'difícil' al principio. Le gusta estudiar y apenas sale los fines de semana. A la ecuatoriana Cindy Murrieta le costó adaptarse a España y a sus costumbres. Escuchar música y bailar son sus distracciones favoritas. '¿Los estudios? No me disgusta estudiar. Apruebo algunas asignaturas y otras no'. Guillermo Arias es cubano y tiene 14 años. Cuenta que para él la integración fue sencilla. Le preocupan los estudios, pero el deporte es lo que más le gusta. 'La distribucación de estos alumnos hay que planificarla, y lo tiene que hacer la Administración, hay que dejar una reserva de plazas en centros públicos y concertados para los que llegan a mitad del curso, y eso no hay organización escolar que lo aguante', coinciden profesores y responsables del María de Zayas y Pablo Neruda, de Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_