_
_
_
_

Medio centenar de madrileños, estafados al ser contratadas líneas telefónicas a su nombre

Un hombre de 97 años recibe una factura de 1.724 euros por un terminal que no solicitó

Oriol Güell

Casi medio centenar de madrileños, según los datos policiales, han recibido en el último año facturas millonarias de teléfonos que no han contratado. Telefónica admite que estafadores dan de alta líneas usando el nombre y el número del documento de identidad de personas ajenas a la operación. Un alta puede hacerse por teléfono, y Telefónica no comprueba si el domicilio donde instala la nueva línea coincide con el del supuesto cliente. Por eso, Teresa Hernández, edil del PSOE, denuncia la 'inseguridad' que sufren los ciudadanos ante este sistema de contratación.

Elías, de 97 años, es una de las víctimas de esta estafa. El pasado 20 de febrero recibió una factura de 1.724 euros por un teléfono que está a su nombre en la calle de Hermenegildo, 14 (distrito Centro). 'Imagínate la sitación de mi padre: a su edad, sin haber firmado ningún contrato y sin haber visto nunca ese piso, recibe de repente una carta en la que Telefónica le reclama 1.724 euros', se queja la hija de Elías. 'Además, en la carta, Telefónica le amenaza con cortarle el teléfono de su casa, una línea que paga religiosamente desde hace décadas, si no paga la factura', añade.

Un portavoz de la compañía admitió que Telefónica instala líneas de servicio a los particulares que las soliciten por teléfono, sin que luego exiga la firma de un contrato ni haga otras comprobaciones. 'Es un sistema muy extendido en otros servicios como el agua, la luz o el gas. Aunque puedan surgir problemas puntuales como éste, esta fórmula es mucho más cómoda para el cliente', explica esta portavoz.

Denuncia en comisaría

La compañía asegura que si el cliente denuncia en comisaría que su identidad ha sido suplantada, no llega a cortar la línea o, si ya lo ha hecho, restituye el servicio de inmediato. Telefónica asegura que lamenta estos casos y que está intentando arreglarlos en el menor plazo posible.

De hecho, destaca la compañía, ella acaba siendo la perjudicada, ya que nunca podrá cobrar la factura, porque los estafadores abandonan sin dejar rastro el piso en el que contrataron el teléfono.

El PSOE y las organizaciones de consumidores critican que Telefónica no controle más la instalación de sus líneas. 'El ciudadano queda en una situación de desprotección absoluta. Se le exige bajo amenazas que pague una factura que no es suya y debe empezar un largo trámite de denuncias y reclamaciones para que Telefónica admita que la supuesta deuda es en realidad una estafa', explica la edil socialista Teresa Hernández.

Enrique García, portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE), considera que 'debe ser Telefónica la que investigue lo que sucede en estos casos'. 'Es injusto', dice, 'que el cliente, además de las molestias causadas, deba demostrar su inocencia ante la empresa, que es la responsable de todo el problema por no comprobar a quién pone una línea'.

Fuentes policiales, que admiten haber recibido decenas de denuncias por esta estafa en el último año, explican que el método utilizado por los estafadores es siempre el mismo: consiguen el número de DNI y el nombre de cualquier ciudadano y llaman a la Telefónica para solicitar la instalación de una línea. En el trámite utilizan la identidad de la víctima en un domicilio que alquilan con documentación falsa. Una vez instalado el teléfono, lo utilizan a discreción, ya sea para hacer llamadas personales o instalando un locutorio ilegal.

A la llegada de la primera factura, dos meses después, no la pagan, y cuando Telefónica corta la línea abandonan el piso sin dejar rastro. Telefónica intenta cobrar la factura mandándola a esa dirección durante meses. Al no recibir respuesta, la empresa acaba por mirar en su base de datos si la víctima de la estafa tiene contratado otro teléfono.

Normalmente, como en el caso de Elías, Telefónica encuentra que la víctima ya figura entre sus clientes por el teléfono que éste tiene en su domicilio. La empresa, entonces, manda allí la reclamación bajo amenaza de cortarle el teléfono.

Todo este proceso suele durar casi un año, tiempo en el cual la víctima no ha sabido lo que estaba ocurriendo. 'Hay casos aún más sangrantes', explican fuentes policiales. 'Si la víctima no tiene ningún teléfono a su nombre, Telefónica no puede localizarle. El estafado sigue sin enterarse durante años hasta que, por ejemplo, va al banco a pedir un crédito y le ponen problemas porque su nombre figura en la lista de morosos'.

Las investigaciones de estos casos están a cargo de la Sección de Estafas de la Brigada de la Policía Judicial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_