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Columna
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De las humanas profundidades

T-Bone Burnett, productor de la banda sonora de O brother. Where Art Thou?, lo expresó con claridad tras la lluvia de premios en Los Ángeles: 'Éste es un disco para gente que le gusta la música, no necesariamente para aficionados al bluegrass o los sonidos tradicionales'. En realidad, el fenómeno O brother tiene muchas similitudes con el caso Buena Vista Social Club. Sonidos olvidados que, convenientemente presentados, revelan su grandeza a un público urbano, no especializado pero lo bastante inteligente para descubrirlo sin necesidad de machaqueo radiofónico. La compañía que lanzó O brother reconoce haber seguido las pautas promocionales de Buena Vista, dando prioridad a la prensa sobre la radio. Las músicas de O brother se beneficiaron de la minuciosidad y el humor de Joel y Ethan Coen a la hora de describir su medio ambiente y su mitología. Como ocurría con los soneros cubanos repescados por Ry Cooder y Nick Gold, el talento existía y simplemente había que presentar su mejor perfil. Es verdad que lo tenían más fácil, ya que el bluegrass y músicas hermanas no estaban en la clandestinidad de los veteranos caribeños: Ralph Stanley, Earl Scruggs y otros históricos siguen en activo y su labor es continuada por figuras más juveniles, como Allison Kraus o Gillian Welch. Finalmente, ésta es música que trata de los asuntos eternos. Como decía el título de la famosa triada de Johnny Cash, Love, God, murder: amor, espiritualidad y violencia finamente trenzados.

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