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Crítica:CRÍTICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nuevas alas de ángel para un demonio

La elegante, recta, diáfana trayectoria profesional del director sueco Lasse Hellström discurre, desde su lejano arranque en la televisión de su país, hace ya tres décadas, en busca de una cada vez mayor estilización de entronque lírico. Su busca de una plena coincidencia, casi de una fusión, entre poesía lírica e imagen, que estalló en alturas de auténtica obra maestra en 1985, con la maravillosa Mi vida como un perro, se alarga ahora, ya dentro de su etapa en el cine de Estados Unidos, con alguna variante impura, pero de notable vigor y riqueza, que conduce al punto de cumbre de su poderosa adaptación, que supera con creces a las calidades del original novelesco, de Las normas de la casa de la sidra, en la que Lasse Hellström entrelaza esa su delicada pasión lírica con una variante dramática dura, lindante con la tragedia.

ATANDO CABOS

Dirección: Lasse Hellström. Guión: Robert Nelson Jacobs. Intérpretes: Kevin Spacey, Julianne Moore, Cate Blanchett, Judi Dench, Pete Postlethwaite, Scott Gleen, Rhys Ifans, Gordon Pinsent. Genero: drama. EE UU, 2002. Duración: 111 minutos.

Pero a Lasse Hellström se le va a veces la olla detrás de su apasionada busca de purezas líricas y esto le lleva a caer en los excesos de acaramelamiento de Chocolate, donde incurre en un abusivo lirismo de segundo grado, preciosista y candoroso, una especie de canto a la pureza y la inocencia tan lineal y simplista, que le arrastra al cobijo del maniqueísmo santurrón, ése que, para que los buenos sean buenos, requiere que los malos de la película sean malísimos, es decir, peleles igualmente increíbles. Y el sobrio y exacto manejo de la verdad de que hizo gala Lasse Hellström en aquellas formidables alturas de su obra, se le hace de pronto una mentirosa y endeble caída en lo epidérmico y lo bobalicón.

Ahora, en ésta Atando cabos que acaba de pasar sin pena ni gloria por el festival de Berlín, el eminente cineasta sueco elige el pretexto de una intrincada novela-río -The shipping news, con la que Annie Proulx ganó hace unos años el Premio Pulitzer- que contiene, al mismo tiempo que abundantes azúcares de Chocolate, algunas delicadas dosis de negruras de la estirpe de La casa de la sidra. El híbrido encandila obviamente al director, que cree así matar dos pájaros de un tiro e ir simultáneamente a las duras y las maduras de su filmografía, pero, aunque se acerca a esta quimera en algunos magníficos pasajes -por ejemplo, el paso, como un vendaval de inquietante belleza y arrollador talento, de Cate Blanchett por el vibrante y magnífico arranque del filme; y las sutiles y bellas escenas del idilio entre Kevin Spacey y Julianne Moore en la casa del mar- de esta desequilibrada obra, no lo logra, o lo logra sólo parcialmente.

Es Atando cabos una película intensa pero arrítmica y este desequilibrio interior procede de que despliega un exceso de trama argumental, de manera que las muchas ramificiones del relato -y los cruces y más cruces entre historias y subhistorias y entre personajes y sombras de personajes- se hacen, como conjunto, tan demasiado frondosas que el árbol se hace impenetrable, por lo que Hellström se ve obligado a podarlo, a abreviar y simplificar, pues de lo contrario no le cabría todo el argumento en las dos horas con que cuenta para embutir una materia narrativa que daría de sí para una serie de televisión.

Pero la película, pese a esta quiebra formal interna, se sostiene gracias, sobre todo, a un reparto extraordinariamente bien conjuntado por Hellström, en el que Kevin Spacey logra otra vez hacer olvidar sus tremendas e inolvidables creaciones de villano -recuérdense, para entendernos, Seven, Hurlyburly, Los sospechosos habituales- con algunas secuelas bondadosas del ambiguo y oscarizado protagonista de American beauty, como los arcángeles de Cadena de favores, K-Pax y el el franciscano protagonista, santo y bobo, de esta Atando cabos, que es otro nuevo angelito que engrosa el lado celestial de este demonio.

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