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NOTICIAS Y RODAJES

Aguirresarobe o la mirada verosímil

El director de fotografía de 'Hable con ella' y 'Los otros' cree que la verdad de los actores y el contenido de las películas importan más que el estilo y la técnica.

E l peor comentario que pueden hacer de mi trabajo es decir que la fotografía es preciosa'.

Eso dice Javier Aguirresarobe (Éibar, 1954), uno de los más prestigiosos directores de fotografía españoles, periodista de formación, ganador de varios goyas, responsable de la imagen, la luz y la textura de Los otros (Alejandro Amenábar), El sol del membrillo (Víctor Erice), Días contados (Imanol Uribe), El perro del hortelano (Pilar Miró), La niña de tus ojos (Fernando Trueba), Secretos del corazón (Montxo Armendáriz) y Tierra (Julio Medem), entre decenas más. Su último trabajo es su primera colaboración con Pedro Almodóvar, Hable con ella, que se estrena el 15 de marzo. Y la siguiente, Soldados de Salamina, de David Trueba, que empezó a rodar ayer.

'¿Dogma? La autenticidad también se puede conseguir con un poco de luz eléctrica'
'El negativo es como el vino, materia orgánica muy manipulable y con mucha información'

Aguirresarobe acaba de ver por enésima vez la película de Almodóvar. La ha mirado 'con los rayos X', y sale preocupado porque en la posproducción digital ha habido algún problemilla (que probablemente el espectador no notará). Así y todo, se ha vuelto a emocionar, y eso es, dice, lo único que le importa. 'Si lloras con ella, qué mas da lo demás. Va a quedar para la historia como una de las grandes películas de Pedro. Es muy hermosa, los actores están fabulosos, el guión es perfecto... Lo seguimos al pie de la letra, y en los momentos difíciles fue una gran ayuda. Cuando no hay un buen guión, nada levanta una película'.

Ése es el espíritu Aguirresarobe: 'La técnica y el estilo deben estar al servicio de los directores y los actores. Primero tienes que dominar la técnica, luego encontrar tu mirada y olvidar la técnica. El operador es el sustituto visual del director, su prolongación. Cada peli tiene su mundo, su expresión, y tú debes ayudar a que el realizador hable a su aire, que encuentre la imagen que necesita. Estás ahí para echar una mano, no para firmar a su lado en los carteles. El exhibicionismo es un sarampión'.

Pero los directores de fotografía salen cada vez más del anonimato. Incluso algunos, como Vittorio Storaro, son grandes estrellas. 'Admiro mucho su trabajo, pero la estrella de las películas, ya sea para terror del público o para su admiración, es el realizador. Él es el dueño y el responsable supremo'.

Aguirresarobe habla entre sonrisas y dudas. Es un tipo llano, muy simpático, que intenta parecer modesto y que probablemente lo es. En su opinión, hay dos tipos de directores, 'los que visualizan solos la película' y 'los que prefieren referencias y diálogo'. Pilar Miró era de la primera clase. 'Para El perro del hortelano me trajo una lámina del siglo XVII y me dijo: 'Quiero esto'. Y en aquella lámina estaba todo'. Con Alejandro Amenábar el proceso fue distinto. 'A él le gustaba mucho una película de fantasmas, y decía que la historia pedía blanco y negro. Vi una foto en una revista, la recorté y se la di. Un día que fui a su casa la vi colgada en la pared al lado del retrato de Nicole Kidman y me dije: 'Esto funciona'.

¿Experiencia, picardía? Negativo. 'Intuición, pura intuición. La intuición es importantísima en este trabajo. Y si no aciertas a la primera, aunque sea una cabronada decirlo, vas cambiando. Hoy cada vez tenemos que argumentar más. ¿Por qué hago esto? Si tienes una respuesta convincente, natural, adelante'.

¿Así que está de acuerdo con el Dogma, que manda filmar sin iluminar? 'Me encanta Robby Müller, el fotógrafo de Lars Von Trier, pero me parece que el realismo que pretende el Dogma se queda cojo a la hora de reflejar las emociones de los actores. Los de la vieja escuela creemos que está antes la presencia del actor que el ambiente. Y, además, la autenticidad también se puede conseguir con un poco de luz eléctrica'.

'Sí estoy de acuerdo con ellos en que lo importante es buscar la verdad', continúa. 'Y por eso siempre trato de aplicar una mirada europea, y no la receta estándar industrial del cine americano, aunque curiosamente mis películas favoritas sean Sed de mal, Ciudadano Kane y La noche del cazador. Pero todo depende de lo que hagas. Si tuviera que hacer Batman, igual no podía recurrir a otra cosa que a la habitual pasarela de focos en el techo. Como no es el caso, prefiero buscar la realidad con una pequeña vuelta de tuerca, con un determinado expresionismo. Aunque suene horroroso, es eso: realismo expresionista'.

Y, paradójicamente, a veces al efecto natural se llega con el método más rebuscado. Fue el caso de Los otros, en la que se intentó 'romper los tópicos de la luz del género de terror y recuperar la luna sutil que entraba por la ventana cuando era niño'. Para lograr esa sensación de que no había luz hizo falta 'una mecánica complejísima y hacer trampas a más no poder, desde esconder a los eléctricos en las cortinas hasta seguir a Kidman sin parar con un foco'.

Aguirresarobe tiene claro que aprendió 'a bajarse del autobús de lo artificioso' con Víctor Erice en El sol del membrillo ('ahí todo era de verdad'); que el colmo de la rigidez lo alcanzó en Días contados ('me empeñé en filmar todo como si fuera un telediario'); que en Tierra usó por primera vez colores intensos ('bueno, los rojos'), y que para Hable con ella ha tenido que subir la calidez de su mirada para adaptarse a la marca brillante, colorista y luminosa de Almodóvar: 'Nunca había trabajado con tanto cromatismo porque soy más bien oscuro, tenebroso, pero no me costó nada. Pedro tiene una forma de rodar muy sencilla, de una sensatez rotunda, siempre evita lo superfluo. Ha llegado a la madurez, y no hace ninguna tontería con la cámara'.

Ésa es otra de sus obsesiones: estorbar poco, trabajar sencillo, que el rodaje vaya rápido. 'Aunque en realidad son los productores los que iluminan los exteriores', bromea, 'porque si dicen 'a rodar', hay que rodar; es verdad que, por suerte, el peso de la técnica ha bajado mucho'.

El sistema digital pisa fuerte, pero... 'El negativo es como el vino, materia orgánica con vida propia y gran cantidad de información manipulable. Es verdad que sólo dura 10 minutos, mientras lo digital permite rodar en tiempo real, sin interrupciones, y por eso hay directores que lo prefieren. Yo, de momento, me limito a hacer en digital sólo la posproducción'.

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