Disciplina en las aulas

El fin de semana del 11 y 12 de enero, asistí a unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Pinos Puente sobre Absentismo y fracaso escolar.

Entre los ponentes se encontraba Emilio Calatayud, quien expuso su concepción de justicia educativa, que comparto plenamente. Tras finalizar su exposición, un enseñante de Pinos Puente manifestaba que sería necesario hacer 'un trasplante del señor juez a Educación' para intentar impregnar a este sector de este concepto en la educación. Hasta tanto esto sucede, me gustaría hablar de algo que sí podemos practicar los enseñantes: 'la disciplina educativa'. Para practicarla es necesario algo que también el señor juez nos planteaba como necesario: 'el compromiso social' de todos, el nuestro como profesores también.

En numerosas ocasiones, las jefaturas de estudios, las comisiones de convivencia o el consejo escolar acuerdan la expulsión de un alumno ante un hecho grave. Comparto que cuando un alumno comete un acto de falta de respeto a sus profesores, compañeros o bienes comunes, éste no puede quedar impune. Pero los centros de enseñanza nos contentamos en la mayoría de los casos con aplicar sólo la sanción y olvidar la parte educativa que es la que supone la modificación de conducta necesaria y nos da la posibilidad de educar.

Es esta disciplina educativa la que practiqué: frente a la expulsión, más horas de trabajo en el instituto (por la tarde) leyendo o haciendo las tareas que considerásemos oportunas para que el alumno reflexione sobre aquello que había hecho mal, o que hiciese el trabajo pertinente de restauración del mal hecho, o bien otro servicio a los compañeros y profesores del centro; frente a la expulsión en casa, en la mayoría de los casos solo (los dos padres trabajan), expulsión del aula, pero no del centro, e inserción en otro grupo donde el alumno pueda observar un modelo de comportamiento a imitar, una actitud responsable ante el estudio, una actitud de respeto ante el profesor, algo que en algunos casos, debido al bajo nivel del contexto familiar, no puede aprender en el mismo.

En ningún caso se trata de dejar impune un acto, pero sí de acompañar la sanción de las medidas educativas necesarias.