La Prospe se hace algunas preguntas
Casi 10 años de litigio mantuvo la Escuela Popular de Prosperidad con el Ayuntamiento y el Arzobispado de Madrid por el derecho de uso del local de General Zabala, 10 bis, donde La Prospe impartía clases desde 1982. Durante estos años, el arzobispado alegó la necesidad de este local (cuya propiedad, por cierto, nunca pudo probar fehacientemente) para múltiples y sucesivos usos: para albergar a unas monjas, para almacén de las misiones, para... Todo mentira, como siempre dijimos. Hace ahora un año que, tras llegar a un acuerdo, desalojamos aquel local, que inmediatamente fue tapiado y abandonado, ¡y así sigue!
¿Será verdad, como siempre denunciamos, que sólo les animaba un espíritu especulador?, ¿seguirá cerrado hasta que se hunda y recalifiquen el terreno (ahora de servicios), con la consiguiente obtención de una importante plusvalía? Estaremos atentos.
¿Por qué, para qué tanta prisa en echarnos si no la utilizan para nada? Nosotros nunca reclamamos la propiedad, sino el derecho de uso, mientras fuera necesario para la labor socio-educativa que realizamos en e1 barrio.
En este gran supermercado en el que están convirtiendo el mundo, todo se confunde: derecho a la propiedad, derecho de uso, utilidad social, intereses privados, bien común, especulación. ¿Cuántos sueños son equivalentes a un solar en pleno centro de Madrid?, ¿a cuántos euros equivale la enseñanza de español a decenas de inmigrantes?, ¿cuánta plusvalía genera un proyecto de solidaridad y apoyo mutuo?, ¿a cómo está en el mercado la alegría y la autoestima de aprender a leer y escribir? Ya entendemos que el arzobispado tiene que ocuparse también de los asuntos terrenales para sobrevivir, pero ¿no es un poco excesivo el estilo Gescartera que practica? Lo dicho: estaremos atentos.
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