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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El pañuelo y la venda

A nadie le extraña que una niña de 13 años vaya con una medalla de la Virgen a un colegio laico o concertado. Ni que lleve un crucifijo colgado del cuello o de una oreja. Ni que se haya hecho un piercing en el ombligo o seis agujeros para lucir sendos pendientes en cada uno de los pabellones auditivos. Ni que tenga el pelo de color rojo, verde o rosa fucsia. Tampoco extraña que lleve el ombligo al aire aunque las temperaturas ronden los tres grados al sol. Ni que, dentro de dos o tres años, acuda a clase con un bonito tatuaje situado allí donde la espalda pierde su buen nombre.

En cambio, hay gente que se extraña y se escandaliza porque una niña de 13 años acude al colegio con un pañuelo en la cabeza. Y todo porque en nuestro país no hay costumbre de llevar un pañuelo en la cabeza. Parece ser que aquí la costumbre es llevar una venda en los ojos.- Rafael J. Hernández Rodríguez. Majadahonda, Madrid.

Se prohíbe el uso del hiyab en la escuela y un ministro lo compara con prácticas aberrantes como la ablación del clítoris. Se afirma que supone un signo del sometimiento de la mujer en la cultura musulmana.

Sospecho, afirmo, que bajo esa retórica se oculta el miedo a que la diferencia cometa la arrogancia de hacerse visible. Por cierto, ¿no llevan algo parecido al hiyab, tanto por su aspecto como por el significado que se le atribuye, las monjas que atienden el colegio religioso donde debió ser escolarizada la niña marroquí?

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