_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Faltas de educación

El Gobierno británico acaba de iniciar un gran debate público sobre la educación, uno de los temas estrella de nuestro tiempo. Y lo ha hecho difundiendo un libro verde de diagnóstico y reflexión en el que se examina el estado de la cuestión, las deficiencias detectadas, los objetivos a alcanzar y una serie de sugerencias, que no propuestas, ya que éstas se harán una vez oídos todos los sectores afectados.

Es un método de abordar la reforma del sistema educativo muy distinto al seguido en nuestro país. En relación a la Ley Orgánica de Universidades (LOU), existía un buen documento de partida, el Informe Bricall, con multitud de datos e ideas, además de una serie de consideraciones sobre la financiación de la Universidad, por completo ausentes del texto aprobado. Se prefirió legislar sin oír, en el debate parlamentario, a ningún experto ni responsable de la comunidad universitaria, aunque sí teniendo en cuenta las opiniones particulares y los remedios sugeridos por algunos universitarios del Partido Popular.

En lo que se refiere a la Ley de Calidad de la Enseñanza, el ministerio no se ha tomado la molestia de elaborar un documento de análisis y diagnóstico, integrando multitud de datos dispersos, incorporando otros nuevos y reflexionando sobre lo que sería deseable y realista en el tramo fundamental de la secundaria. Se ha optado, por el contrario, por ignorar, cuando no por tratar desdeñosamente a una comunidad escolar desmotivada y agobiada por las responsabilidades que caen sobre sus espaldas, sin los medios necesarios para afrontarlas y en un entorno de transformaciones sociales que inciden profundamente en la escuela.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

El debate parlamentario sobre la Ley de Formación Profesional, por el contrario, está incorporando voces y opiniones externas y se está abriendo a las propuestas de los agentes sociales, de forma que su tramitación está permitiendo llegar a un consenso. No se entiende muy bien por qué en este caso se procede de una forma distinta, a no ser que se deba a que no hay parlamentarios ni personas con influencia sobre los responsables ministeriales procedentes del sector de la FP.

Pero los modos y la forma de sacar adelante las leyes en el sector de la enseñanza no sólo encrespan o ignoran a sectores completos, sino que tienen una influencia negativa en los contenidos al no tomar en consideración todas las consecuencias de las normas que se aprueban. Y así, para el caso de la Universidad, el único en el que ha entrado en vigor una nueva legislación, estamos asistiendo a una parálisis, previsible y anunciada, en lo que se refiere al profesorado, porque no es posible detener una institución viva y moldearla desde cero sin interrumpir o dañar el servicio que presta. Falta educación, y también inteligencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_