Un oasis de montaña
Un frondoso bosque de ribera se esconde entre miles de hectáreas de pinar en las faldas del Picón de Jérez
Un frondoso bosque de ribera se esconde entre miles de hectáreas de pinar en las faldas del Picón de Jérez
La zona norte de Sierra Nevada está vestida de verde intenso. Un bosque de pinos cubre miles y miles de hectáreas de terreno montañoso hasta muy cerca de las cumbres, donde la vida vegetal se convierte en la mínima expresión. Desde Jérez del Marquesado, un pueblo situado a 1.200 metros de altitud y a los pies del pico que lleva su nombre, se eleva un paisaje que va desde la media montaña repleta de pinares hasta las cimas nevadas de la sierra granadina.Una perspectiva impresionante que se puede disfrutar desde cualquiera de los parajes y senderos que hay a pocos kilómetros del pueblo. Pero destaca de forma especial un área conocida por la Tizná.
Cuenta la leyenda de la zona que en Jérez había una virgen que salvó de un rayo a dos niños que jugaban dentro de la iglesia. El color oscuro del que quedó la imagen después de recibir el impacto del rayo sugirió a los habitantes del pueblo su cariñoso apelativo. Con el nombre impuesto a esta virgen se ha llamado a uno de los parajes con más encanto de los alrededores de Jérez: La Tizná. Allí confluyen dos de los pequeños ríos que salpican las faldas de Sierra Nevada; Casas Nuevas y Cerecillo. Su unión en lo que a partir de ese punto se conoce como río Alcázar forma un pequeño oasis de agua, vegatación y diversidad de fauna en medio del paisaje de montaña.
Los riachuelos bajan en estas fechas de deshielo cargados de agua y a gran velocidad por el pronunciado desnivel del terreno. En La Tizná se forma una pequeña llanura donde predomina un magnífico bosque de ribera que contrasta con la impresionante extensión de pinar a su alrededor y con la alta cumbre helada que tiene a sus espaldas. Álamos, olmos y alizos parecen pedir permiso para pervivir entre la uniformidad de los pinos. En esta época el contraste entre este pequeño bosque y sus verdes alrededores es más evidente por el color ocre de las hojas caídas que tapan el musgo del suelo. Pero en un lugar como éste también se percibe la mano del hombre. Se ha convertido La Tizná en una zona recreativa con acomodo para las meriendas de los domingos, lo que aún no ha permitido que el paraje pierda su encanto original. La Tizná es un alto en el camino, un oasis en mitad de un sendero que conduce desde Jérez hasta las altas cumbres. El pueblo, que goza de la belleza propia de las localidades de montaña y tiene un enorme castañal que le da un aspecto de cuentos de hadas, es el inicio del camino que discurre por el margen derecho del río Alcázar. Tras dejar una pequeña pantaneta a un lado, el sendero pasa junto a cabañas ganaderas, algunas de ellas de toros, animal que es común encontrar en los alrededores. Entre pinos y chaparros asciende la vereda que lleva hasta La Tizná.
Esta zona de descanso no es el final del camino, pues a partir de allí comienza la subida por la Loma del Hornillo, un amplio bosque de pinos que separa los dos arroyos que se encontraron en La Tizná. La meta es ascender hasta el Posterio Alto, una llanura situada justo a los pies de los grandes picos y donde la Junta construyó un refugio que es ampliamente conocido por montañeros y excursionistas. Esta casa de arquitectura tradicional construida con pizarra aparece rodeada de miles de hectáreas de pinos, cuya corteza color asalmonada indica que son ejemplares de tipo silvestre, propios de las zonas altas de montaña.
La panorámica desde el Postero Alto es impresionante. Los 1.900 metros de altura a los que se encuentra el refugio no son nada comparado con los grandes cerros y picos de Sierra Nevada que ocupan un horizonte que parece venirse encima. A la derecha se erige, imperial, el Picón de Jérez, el único de los picos de más de 3.000 metros de la cordillera que se pueden ver desde esta posición septentrional. A su izquierda se suceden la Loma de las Albardas, el Morrón de San Juan (de 2.700 metros de altura) y el Morrón del Mediodía, que recibe este nombre porque desde la localidad próxima de Aldeire se puede ver como el sol se sitúa justo encima del pico a las 12.00 de cada día.
El Postero Alto es un lugar para disfrutar con la contemplación del paisaje de alta montaña y escuchar el piar de los pájaros. Pero también es un punto idóneo donde tomar fuerzas para la ascensión al Picón. Toda una empresa.
Almendros en flor
- Dónde: Para llegar a La Tizná hay que dirigirse a la zona norte de la provincia granadina. Desde Granada, por la autovía A-92 se llega hasta Guadix, municipio que es necesario atravesar para tomar la carretara en dirección a Jérez del Marquesado. En esta vía estrecha y recta ya se puede percibir el encanto de la zona al paso por los campos llenos de almendros en flor, la perspectiva algo más lejos de las grandes extensiones de pinar y, sobre todo, con la contemplación de Sierra Nevada al fondo, como un decorado de lujo. - Cuándo: Cualquier época del año es apropiada para realizar una escapada por esta zona. Durante un invierno de copiosas nieves puede quedar cubierto casi todo el paisaje (incluido el pueblo), pero aún así es la época en la que se saborea más la montaña, con sus inclemencias y sus grandiosos paisajes. En verano también es aconsejable una excursión por la zona si lo que se pretende es huir del intenso calor. - Alrededores: La comarca del Marquesado tiene mucho que ofrecer, desde monumentos de gran valor como el Castillo de La Calahorra a restos de la actividad minera en el poblado abandonado de Alquife. - Y qué más: Cerca de Jérez, en Guadix, predomina un tipo de alojamiento característico de la zona: cuevas que han sido habilitadas para ser ocupadas.
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