Una oficina ignorada
Sólo 19 personas han visitado el local de información abierto por la promotora de la central de Boroa
Aunque sólo han transcurrido once días desde su inauguración, parece evidente que la oficina de información habilitada en Amorebieta por la empresa ESB -promotora de la polémica central energética de Boroa- ha sido ignorada por los vecinos. Hasta ayer, únicamente 19 personas se habían acercado al local, situado en el interior de un hotel de la localidad.
'De momento ha venido poca gente. Unas dos personas cada día', asevera Nerea Imaz, la responsable de la oficina. La empresa atribuye la escasa afluencia al estado de opinión en Amorebieta, un municipio soliviantado por un proyecto que llevó a la alcaldesa, Begoña Azarloza, a convocar un referéndum, retirarlo posteriormente y que ha tenido connotaciones políticas con la intervención del EBB, la máxima dirección del PNV, que ha abierto un expediente de expulsión contra Azarloza y seis concejales más peneuvistas.
'El entrar aquí coarta a la gente, que se siente acosada. Se ha montado una especie de omertá [la ley del silencio de la Mafia], según la cual quien se informa es una especie de traidor', dice un portavoz oficial de ESB, empresa pública de Irlanda dedicada al suministro eléctrico que tiene 19 plantas en todo el mundo.
Sin incidentes
La oficina, atendida en horario de mañana y tarde (de 9.30 a 14.00 y de 16.00 a 19.30) por la responsable y una ingeniero que le apoya técnicamente, es un proyecto anunciado desde el pasado año por ESB. Han pasado, sin embargo, dos años de gran polémica, que aún persiste, por esta infraestructura.
Pese a la crispación, Nerea Imaz, que también es vecina de Amorebieta, no ha tenido ningún altercado con quienes se han acercado al local. 'Vinieron afectados, gente que vive en el barrio de Boroa, que estaban mosqueados por la planta, pero que estuvieron con buen talante'. El resto de visitantes ha sido variado: 'Ha habido técnicos que sólo se interesaban por el ciclo combinado [la tecnología de gas y electricidad que emplea la central para generar energía], gente mayor preocupada por la contaminación y vecinos con temas concretos, cómo por dónde irán los tendidos eléctricos'.
De la plataforma Zornotza Bizirik, el grupo creado hace dos años para oponerse a la central, no ha acudido nadie. 'Su posición es inversa. No tienen ningún interés en informarse', señala el portavoz de ESB.
El local ofrece información variada: desde la legislación y el estudio de impacto ambiental de la planta hasta documentos del Gobierno vasco y de la Unión Europea, un fotomontaje en papel y en imagen de ordenador del funcionamiento de la futura central, su recreación en el polígono de Boroa y el entorno y un vídeo explicativo de ESB sobre sus plantas de ciclo combinado y el proyecto de Amorebieta. La empresa asegura su continuidad futura, 'por lo menos 25 años [el periodo de explotación previsto] aunque luego [la oficina] estará en otro sitio'.
Nerea Imaz admite que se lo pensó dos veces antes de presentarse como candidata a este trabajo. 'Me informé con unos y con otros y he ido aprendiendo cosas que no sabía. Como le ha pasado a gente que ha venido, que desconocían que el suelo de Boroa es desde 1991 un polígono industrial'.
La responsable de la oficina, que a diario palpa el sentir de sus vecinos, considera que ahora 'más que rechazo a la planta existe resignación. La gente se resigna al hecho de que se va a hacer'.
En ESB el objetivo es cambiar esta situación, un propósito que anunciaron sus principales responsables hace un año al presentar públicamente el proyecto de la central de ciclo combinado. 'Tenemos que conseguir que esa resignación, que ahora es negativa, se acabe y sepan que no va a pasar nada. A la gente se le han trasladado temores por su salud, incluso su vida, y nada de eso es cierto', dice el portavoz de la empresa. 'No es tan chungo como la gente cree', afirma Nerea Imaz. 'Puede dar pena que Boroa sea un polígono industrial, pero en todo caso debía haberse evitado que se convirtiera en polígono', concluye.
El boicoteo vecinal
La promotora de la central energética de Amorebieta ha comprobado personalmente la situación de crispación en el municipio por el proyecto. Se ha pasado varios meses en busca de una lonja donde habilitar su oficina de información y no ha tenido éxito. Finalmente, ha tenido que instalarla en la sala de un hotel de Amorebieta, una ubicación que pasa desapercibida puesto que no existe ninguna indicación de su existencia. 'No hemos podido alquilar un local en la calle, como queríamos, pero ha sido más por miedo que por rechazo. La gente teme lo que le puede pasar', dice el portavoz. La empresa tenía ya pactado hace unas semanas el alquiler de una lonja, pero el propietario se retractó a última hora. ESB asegura que continuará con la difusión de sus boletines de información mensuales y anuncia que instalará media docena de estaciones de medición de la contaminación en distintas zonas de la localidad.
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