Tardón desata un terremoto en la policía de Madrid
Los representantes de los agentes anuncian movilizaciones masivas si el Consistorio no rectifica
Sindicatos y mandos de la Policía Municipal (5.700 agentes) mantienen un soterrado enfrentamiento desde hace semanas. Más de 3.000 policías se manifestaron el pasado 16 de enero por las calles de Madrid. Una lluvia de huevos y petardos fue arrojada aquel día por los congregados contra la fachada del Ayuntamiento. Y en la noche del viernes pasado, cientos de vehículos particulares de policías ocuparon el paseo de la Castellana y entorpecieron el tráfico. Los sindicatos no están dispuestos a aceptar la reestructuración diseñada por el Ayuntamiento si no se negocia antes, y amenazan con nuevas protestas.
El pasado 24 de diciembre, unos desconocidos hicieron explotar un petardo en el buzón del domicilio de María Tardón, concejal de Policía. Un alto mando de la policía recibió por esas fechas un sobre lleno de polvos parecidos al temido ántrax (carbunco). Son sólo dos ejemplos del revuelo que sufre en los últimos meses la Policía Municipal, que vive la mayor reestructuración de toda su historia. La descentralización de las unidades y su disgregación por distritos, junto a la creación de la Policía de Barrio, ha levantado ampollas en el cuerpo. Los sindicatos se quejan de la falta de consenso para ese cambio, que se ha efectuado 'de forma precipitada'. Las mayores demandas sindicales se refieren al personal.
- Agentes poco preparados. Los seis sindicatos -Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), UGT, CC OO, Unión de Policía Municipal (UPM), CSI-CSIF y la Asociación de Mandos- se quejan de que a la Policía de Barrio han sido destinados los agentes recién ingresados, que están menos preparados. 'Es un gran riesgo, porque no tienen los apoyos de los mandos. Esa ilusión con la que salen se va a convertir en frustración en cuanto tengan los primeros problemas', señala Cándido Albarrán, de CSI-CSIF.
La edil María Tardón niega este extremo y dice que la mayoría de los nuevos policías ha sido asignada a tráfico. Además, los policías de barrio han recibido cursos de atención al ciudadano. El Ayuntamiento se ha gastado en este capítulo 274 millones de pesetas (1,6 millones de euros).
- Emisoras que fallan. Los policías que patrullan a pie portan, según los sindicatos, emisoras de radio a las que se les acaban las baterías en sólo una hora. Eso obliga a los agentes a utilizar su teléfono móvil y, en alguna ocasión, a pedir ayuda a vecinos y comerciantes. 'El riesgo que corren nuestros compañeros es enorme. Sólo hay que imaginar a un policía en una intervención importante donde le pueden agredir o, incluso, matar', subraya Miguel Ángel Alonso, secretario general de CPPM.
María Tardón replica que la inversión en este aspecto ha sido muy importante. De hecho, se han comprado 650 equipos portátiles de transmisión de última generación, con una gran autonomía. 'Les he pedido que me den casos concretos en los que hayan tenido que utilizar sus móviles y hasta ahora no me han dado nada más que uno. Lo que pasa es que, cuando se deja de patrullar en un vehículo, la gente empieza con sus miedos y sus reservas', apunta la concejal.
- Sin patrullas de apoyo. Otro riesgo que sufren los policías de barrio es que carecen de coches patrulla o de scooter que les apoyen en caso de una emergencia. Eso, unido a la falta de comunicaciones, hace que los policías 'se encuentren vendidos' en la calle, según explica Dalia López, de CC OO. López critica, además, que la concejalía haya comprado 400 nuevos vehículos y que los primeros, que son camuflados, hayan sido entregados a los oficiales y suboficiales.
'Falsas'. Así califica Tardón las reivindicaciones en este punto, ya que -afirma- todos los barrios tienen, como mínimo, un coche patrulla de apoyo, muchas veces reforzado por más coches policiales y por las scooter. Además, recuerda que la Policía de Barrio debe centrar sus actuaciones en la prevención. 'Su trabajo consiste en hablar con los vecinos, visitar asociaciones y ver los problemas que tiene el barrio. Las intervenciones en las que tengan que participar deben ser muy pocas', comenta la edil.
- Faltan 1.000 agentes. Los sindicatos tienen claro que la incorporación de otros 700 agentes, el próximo noviembre, no será suficiente para atender todas las necesidades que plantea el nuevo modelo organizativo, ya que éste requiere mucha gente en labores administrativas. Además, bastantes agentes se destinan a labores que no son propias de policías, como mecánicos, camareros e, incluso, albañiles. También piden que los oficiales y suboficiales dejen de tener dos conductores, lo que detrae más de 130 policías del servicio en la calle.
La concejal tacha de 'imposible' que falten 1.000 agentes. Compara la plantilla de la policía madrileña (más de dos agentes por cada 1.000 ciudadanos) con otros cuerpos, donde esta ratio no llega a 1,5 policías por 1.000 habitantes. 'Me parece una falta de respeto al esfuerzo inversor del Ayuntamiento con la Policía Municipal', dice Tardón. Además, la edil tiene previsto sacar el próximo año 400 plazas de auxiliares administrativos que cumplan funciones de policías. 'Seguro que entonces también lo critican', augura Tardón, que puntualiza que los puestos de camareros, mecánicos y albañiles están cubiertos por cuerpos auxiliares.
- Oficinas de distrito precarias. Uno de los puntos que más polémica ha levantado son las nuevas unidades de distrito. Los sindicatos se quejan de que los policías se tienen que cambiar en sótanos con humedades. En Latina se ha elegido un segundo piso y en Villaverde se ha optado por un prefabricado para ubicar estas sedes.
La edil del cuerpo señala que se están efectuando obras y que no se pueden hacer todas a la vez. 'El caso de Villaverde es una opción temporal, porque estamos preparando un local y eso llevará un año, más o menos. Desde luego, vamos lo más rápido que podemos', asegura Tardón, que agrega: 'Se han invertido 5 millones de euros [833 millones de pesetas] en las nuevas sedes'.
Los problemas de la noche
El servicio de noche es uno de los que más se ha resentido con la reestructuración de la Policía Municipal. Los sindicatos sostienen que más de 100 agentes han sido destinados a la Policía de Barrio y a las nuevas unidades de distrito, en detrimento de un servicio que está desbordado y que se ve incapaz de resolver todas las peticiones de los ciudadanos. El secretario de Organización de UGT, Rogelio Gómez, explica que la noche está cubierta por 400 agentes repartidos en dos turnos, lo que supone que no salga a veces ni un coche patrulla por distrito. Los servicios ordinarios sólo se cubren a través de las horas extraordinarias, ya que de otro modo los policías no podrían cogerse los días libres que tienen por convenio. 'El 50% de las llamadas que recibimos se anulan porque no hay gente suficiente para atenderlas. Del resto, muchas se pasan a la Policía Nacional y muy pocas se atienden. A veces, tardamos tres o cuatro horas en llegar a los lugares con problemas con el consiguiente enfado de los ciudadanos, que, en ocasiones, resuelven ellos mismos el conflicto', añade Miguel Ángel Alonso, de CPPM. La concejal de Policía Municipal, María Tardón, asegura que el servicio está perfectamente cubierto y que, por término medio, salen entre 35 y 40 coches patrulla de noche. La ciudad se ha dividido en cinco zonas para facilitar el desplazamiento de los policías. 'Es falso que se pasen los avisos a la Policía Nacional. Sólo se hace con los asuntos que son competencia suya', mantiene la edil. 'Algunas zonas como Centro, por ser más problemáticas, requieren más servicio, pero no hay ningún distrito de Madrid que quede desprotegido', afirma. Tardón adelanta, además, que en breve acometerán una reforma de la noche en la que habrá cambios de destinos: 'No es posible, con todos mis respetos para ellos, que un policía lleve más de 17 años en el mismo destino', dice.
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