Urnietatel valoró en 10,5 millones una red que estaba cautiva durante 30 años
La mala gestión y la dudosa rentabilidad de la operadora local amenaza su supervivencia
El Ayuntamiento de Urnieta puso en venta su telefónica Urnietatel valorándola en 10,51 millones de euros (1.750 millones de pesetas), a pesar de que sus compradores no podrían disponer de su red local en 30 años, por estar a arrendada a Euskaltel. La fallida privatización de la operadora local ha destapado su dudosa rentabilidad y una pésima gestión de los responsables municipales. Todos los partidos de la oposición (Batasuna, PSE-EE y PP) han solicitado una aclaración urgente de la situación financiera de Urnietatel, a la que ahora se empieza a reclamar deudas millonarias.
José Ignacio Lizeaga, ex alcalde peneuvista de Urnieta entre 1991 y 2000, creyó ver en Urnietatel un filón para hacer un negocio redondo. Primero invirtió 2,4 millones de euros en el cableado de todo el municipio y después, en junio de 1998, cedió a Euskaltel la gestión de toda esta red de cable de fibra óptica por un periodo de 30 años. 'Ahora tenemos que aprender a conducir este bólido', afirmó el día que firmó el acuerdo estratégico con la operadora vasca. El siguiente paso, en abril de 2000, fue poner a la venta el 70% de las acciones de la telefónica local, valoradas en 7,51 millones de euros.
Para entonces los 5.540 habitantes de Urnieta comenzaron a tener gratis con servicio de Euskalter las llamadas locales y con una tarifa reducida (seis euros mensuales) la conexión a Internet, además de recibir cadenas de televisión por cable. La compañía local había recibido también un importante espaldarazo al serle concedida a mediados de 1999 por la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) una autorización -la única a un ayuntamiento de España- para expandir los servicios de telefonía fija en otros cuatro municipios vecinos.
Con estos pasos, el Ayuntamiento de Urnieta había abonado el terreno para hacer atractiva la participación del capital privado en la red local de telefonía. En ese periodo, Lizeaga puso a su municipio como un ejemplo vanguardista en el desarrollo y gestión de las nuevas tecnologías de la información. Todo ello alumbró el plan privatizador de Urnietatel, anunciado por el alcalde en abril de 2000, dos meses antes de cesar para ocupar el cargo de senador y traspasar la alcaldía a su hermana Maixa. La operación de venta propició la entrada de capital privado de forma 'muy sospechosa', según los partidos de la oposición, al comprobarse después que al menos uno de los interesados en comprar la compañía obtuvo su recompensa del Ayuntamiento en forma de terrenos para construir viviendas.
Ningún socio tecnológico
El espejismo de hacer un gran negocio en un mercado tan reducido como el de Urnieta fue poco a poco desvaneciéndose al conocerse la inviabilidad de un proyecto 'sostenido en fuegos de artificio, cuando el mercado de las telecomunicaciones está sujeto a una competencia feroz que nos obliga a innovar constantemente las infraestructuras y la atención al cliente', asegura un profesional del sector. Urnietatel mantiene el mismo cable de tecnología analógica que desplegó a comienzos de los 90 y cuya capacidad en la actualidad ha quedado obsoleta y superada por el sistema digital, mucho más avanzado y rápido para la transmisión de datos y telefonía.
Los operadores con experiencia en el sector no vieron en ningún momento el negocio de Urnietatel, lo que ha abocado la privatización al fracaso. Ningún socio tecnológico se interesó en comprar la compañía local, de ahí que el Ayuntamiento acudiera a pequeños empresarios para que adquieriran el 70% de Urnietatel y así financiar su expansión a Andoain, Lasarte-Oria, Astigarraga y Hernani. A comienzos de 2001 se vendió el paquete a un empresario que falleció tres meses después tras haber abonado sólo 600.000 euros a comienzos de los 7,5 millones en que se cerró la venta. En un segundo intento, el Ayuntamiento llegó a cobrar 1,25 millones de euros del promotor Iñaki Unsain, propietario de Construcciones Sagain, a quien permutó una parcela rústica por el 10% del aprovechamiento urbanístico en los terrenos de Vegasa, donde el consistorio construye 100 pisos.
Los responsables municipales probaron una tercera vía y ofrecieron el paquete accionarial de Urnietatel a la empresa CAC Telecom, propiedad del empresario bilbaíno Francisco Javier Abásolo, implicado en turbios negocios, como el fraude de las oposiciones de Osakidetza o la estafa a un banco suizo. La operación tampoco prosperó.
Esta desesperada búsqueda de socios inversores, cuyas transacciones nunca figuraron en el Registro Mercantil, trascendió a la dirección del PNV. Su presidente, Xabier Arzalluz, exigió personalmente a José Ignacio Lizeaga una aclaración de los hechos. Pocos días después, en noviembre pasado, Lizeaga renunció a su acta de senador. La fallida privatización desencadenó el pasado 8 de febrero las dimisiones de la alcaldesa, Maixa Lizeaga, y su número dos en el consistorio, Juan Luis San Miguel, a pecición de su partido.
El PNV intenta ahora reconducir la delicada situación política de su grupo municipal, una tarea encomendada a José Manuel Martiarena, alcalde hasta 1991, después viceconsejero de Interior y también senador. Él podría ser el cabeza de lista del PNV en las elecciones municipales de 2003.
Vodafone también quiere cobrar
La desastrosa gestión de la venta de Urnietatel, que ha costado sus cargos al senador José Ignacio Lizeaga, a su hermana y alcaldesa Maixa y al teniente de alcalde Juan Luis San Miguel, todos ellos del PNV, ha puesto al descubierto la existencia de deudas millonarias no precisadas que han permanecido larvadas durante varios años. Los proveedores de la telefónica de Urnieta han comenzado ahora a reclamar, por diferentes vías, el pago de estas cantidades. La operadora de telefonía Alcatel ha llegado a los tribunales para exigir a los propietarios de Urnietatel -tras fracasar la privatización, el 100% de su capital social está ahora en manos del Ayuntamiento- el pago de 144.242 euros (24 millones de pesetas). Un juzgado de San Sebastián ha ordenado a la empresa Urnietatel que abone a la multinacional 126.212 euros por unos equipos suministrados hace tres años y 18.030 euros de intereses de demora. Un representante de Alcatel asegura que esta operadora 'no tiene abierto ningún otro contencioso con Urnietatel'. La compañía inglesa Vodafone -la nueva marca de Airtel tras su adquisición por aquélla- también ha iniciado los trámites para cobrar una deuda que asciende a unos 60.000 euros (casi 10 millones de pesetas). Un directivo de la operadora de telefonía móvil acudió el viernes a las oficinas de Urnietatel para reclamar el pago de esta cantidad. Los responsables de la operadora local le garantizaron que la próxima semana harán frente al pago del 50% de la obligación. Los tres partidos políticos de la oposición han pedido por separado que el nuevo alcalde de Urnieta, el peneuvista Florentino Ugalde, dé cuentas de la situación económico-financiera de Urnietatel. Asimismo, el grupo parlamentario socialista solicitó en la Cámara vasca que el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas fiscalice las cuentas de las sociedades públicas Urnietatel, Urnieta Eraiki y Kulturnieta.
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