'La electricidad está discriminada frente a gas y petróleo'
Responsabiliza al regulador de que las leyes del mercado no funcionen bien en su sector
Nunca llueve a gusto de todos. 'Dos mil dos está siendo y va a ser un ejercicio complicado para las eléctricas', y no sólo por lo que no cae, agua, sino también por lo que les ha caído ya encima a las compañías, la revisión de tarifas eléctricas, y lo que les puede caer en los próximos días si no se modifican antes tres proyectos de órdenes ministeriales sobre regulación de tarifas, peajes y cánones para el gas natural. Así al menos lo entiende Ignacio Sánchez Galán, consejero delegado de Iberdrola, que accedió al cargo en mayo, tras el fracaso de la fusión de Iberdrola y Endesa.
En nueve meses, según cuenta, ha visitado casi todos los centros de trabajo y países en los que tiene intereses el grupo, ha diseñado un plan estratégico que prevé duplicar el tamaño de la empresa en cinco años con una inversión de 12.000 millones de euros y ha impulsado una profunda renovación y reorganización interna.
'Si la demanda es fuerte y la oferta es la que es, o se pagan precios adecuados o es imposible poner en marcha algunas centrales'
'Tenemos tamaño para seguir nuestro camino, pero nunca se puede descartar la posibilidad de ser 'opado' o de 'opar'
'El sistema español de generación no cuenta con grandes excedentes para atender picos extraordinarios de demanda eléctrica'
Pregunta. Iberdrola tuvo unos buenos resultados en la primera mitad de 2001, en buena parte gracias a su producción hidroeléctrica y al reflejo contable de los CTC (costes de transición a la competencia). Desde hace meses, sin embargo, llueve poco y el Gobierno ha aprobado unas tarifas eléctricas que no recogen las subidas que ustedes reivindicaban. ¿Cómo va a afectar esta situación a los resultados de 2001 y 2002?
Respuesta. En los resultados de 2001 no va a haber sorpresas, estarán en línea con los del tercer trimestre. Respecto a 2002, hay una serie de situaciones paradójicas que van a hacerlo complicado. Tenemos, por un lado, un crecimiento muy fuerte de la demanda, y por otro, una ligera reducción real de las tarifas, aunque formalmente se ha dicho que se congelan. Es decir, vamos a cobrar igual o menos que en 2001 por unos kilovatios cuyo coste de generación, al disminuir la proporción de la producción hidroeléctrica, va a ser mayor. Es una situación muy difícil.
P. La eterna batalla tarifaria.
R. Sí. Las tarifas eléctricas han bajado en los últimos años en términos reales en torno al 32%, cuando los precios de los combustibles se han incrementado en torno al 70%-80%. Algo difícil de digerir y de sostener. ¿Qué ha ocurrido? Bueno, cuando se habla de los beneficios de las eléctricas, se olvida que en buena parte se han debido a la venta de activos. Se ha hablado mucho de las condiciones que han acompañado a estas reducciones y de las compensaciones por los costes de transición a la competencia. Yo los llamo 'CTC virtuales', porque en términos reales, casi no tienen efecto en caja. Por ejemplo, nuestra esperanza para 2001 es que, una vez descontado del coste financiero la cantidad que percibamos por ellos, el saldo negativo que resulte no supere los 20.000 millones de pesetas. Y el 2000 fue aún peor porque se produjo un déficit tarifario. Una situación que se produce cuando suben los precios del pool eléctrico , algo que, lejos de beneficiar a las éléctricas, las perjudica porque va directamente en contra de sus cuentas de resultados. Estamos en un modelo cerrado en el que las subidas que soportamos por el precio de la electricidad en el pool no las podemos repercutir a los clientes. Este año, con la situación que hay de fuerte tirón de la demanda, aun teniendo como tenemos puestas en funcionamiento todas las centrales, puede volverse a repetir un déficit de tarifas. El tema es suficientemente grave y preocupante porque hay una ley de mercado, que se llama de la oferta y la demanda. Si la demanda de electricidad es fuerte y la oferta es la que es, o se pagan precios adecuados o es imposible poner en funcionamiento algunas centrales. Nadie va a quemar fuelóleo o el gas por debajo del precio del fuelóleo o el gas para generar electricidad.
P. Una situación que perjudica mucho a Iberdrola, que tiene una cuota de mercado superior a su capacidad de generación.
R. Estoy convencido que esta situación no durará. Es tan grave que va a obligar a recapacitar al regulador. No tiene sentido que las tarifas eléctricas se revisen una vez al año; las del gas, trimestralmente, y las del petróleo, cada vez que hay una variación importante en los mercados. Espero que el nuevo modelo tarifario, que el vicepresidente Rato dijo hace unos meses que estaría listo para el primer trimestre, lo resuelva.
P. Ha hablado, dentro de este desequilibrio, de tarifas de gas.
R. El gas es una de las líneas fuertes de nuestra estrategia, tanto para producción de electricidad en centrales de ciclo combinado como para su comercialización. Tenemos ya firmados contratos de suministro con varios países y compañías que cubren, prácticamente, nuestra necesidad de gas hasta más alla de 2006. Estamos muy preocupados, sin embargo, por el contenido de los primeros borradores de la nueva normativa sobre gas, que se aprobará en breve. Observamos una asimetría clara respecto al sector eléctrico en el tratamiento tarifario. Se proponen revisiones trimestrales para el gas, en vez de anuales, y frente a una retribución de en torno al 4% para los activos eléctricos se defiende para el gas una del 10%. Además, en gas, el tratamiento es distinto al de la electricidad, depende de que las inversiones sean nuevas o sean inversiones ya realizadas. En el caso de las inversiones nuevas, la tasas de rentabilidad que se están aplicando, euribor más un punto, las sitúa hoy en torno a un 6%, que es claramente insuficiente para realizar cualquier tipo de inversión en este momento. Sin embargo, a las inversiones ya realizadas les aplican el criterio de un bono a diez años más cuatro puntos, lo cual supone un 10% o más de retribución. Una situación que, obviamente, beneficia a los viejos operadores en detrimento de los nuevos. Espero que se cambie este proyecto de regulación, que no nos deja margen para comercializar gas a nuestros clientes.
P. Tras las recientes interrupciones del sumistro eléctrico, y en una situación de fuerte crecimiento de la demanda, ¿son capaces de garantizar el abastecimiento?
R. En el verano hubo una cierta alarma social de que iba a haber un apagón generalizado; pero las eléctricas, y en concreto Iberdrola, tomamos medidas para evitarlo con decisiones en muchos casos costosas. Sin embargo, fue un problema de distribución más que de generación, y afectó a zonas concretas, donde se disparó la demanda por el turismo. Durante años hemos venido pidiendo licencias, sin éxito, para construir líneas que pudieran abastecer estas zonas. Creo que ahora el Gobierno y las comunidades han reaccionado y se va a resolver el problema. Algo similar ocurre con las subestaciones en la sierra de Madrid.
En cuanto a la generación eléctrica, es cierto que el sistema español no cuenta con grandes excedentes para atender picos de demanda. Básicamente, por dos razones: porque llueve lo que llueve y cuando llueve y porque algunas centrales térmicas sufren averías técnicas, que entran dentro de la más absoluta normalidad. De ahí que si se produce una situación de demanda punta excepcional, como ha podido ocurrir en algún momento, sea imposible atenderla... No es anormal, ocurre en otros países como Francia. Creo que las medidas que se están tomando permitirán un suministro suficiente.
P. ¿Vaticina cambios en el mapa eléctrico español?
R. Somos uno de los países con mayor número de jugadores, lo que debería ser una garantía para las reglas de juego del mercado. El modelo regulatorio va a tener la última palabra. Varias de las eléctricas más importantes ya están en España y, por otra parte, Endesa y nosotros estamos entre los diez más grandes europeos y podemos hacer solos nuestro camino. En cualquier caso, cuando uno proviene de los mercados financieros no puede descartar nunca la posibilidad de ser opado o de opar a otra compañía.
'Estamos dispuestos a vender y a endeudarnos'
P. En el Plan Estratégico se concede prioridad a la expansión exterior en Brasil y México y sólo se hablaba de aprovechar las oportunidades que surjan en Europa. En los últimos meses, sin embargo, han optado a adjudicaciones de eléctricas polacas, checas y a la de la italiana Eurogen. R. En esos países y en Francia. Pero no hemos cambiado las prioridades. En el plan no está prevista ninguna inversión corporativa. Se basa en un crecimiento orgánico rentable. Es decir, sin tener que aumentar el endeudamiento, o mejor, el apalancamiento ; con los recursos que generamos y sin pagar fondos de comercio. Sí decíamos que estudiaríamos las oportunidades que pudieran pasar por delante de nuestra puerta, y eso es lo que hemos hecho en los casos citados. También hemos dicho que para llevar adelante esas operaciones, si al final nos interesan, recurriríamos a aumentar nuestro apalancamiento si fuese necesario. Nuestro apalancamiento es 15 o 20 puntos inferior al medio del sector. P. ¿Cuál es su apalancamiento actualmente? R. En torno al 50%. P. Ése era su objetivo para 2006. R. Sí, pero bueno... Podemos aumentarlo. Además, si la operación fuese muy grande, estamos dispuestos a desinvertir alguno de los activos eléctricos que tenemos en España o fuera de España. P. ¿Cómo van las desinversiones previstas y la anunciada integración de algunas de sus sociedades en la corporación IBV? R. Hemos desinvertido ya en Repsol, nos queda el paquete de Telefónica, al que en el momento adecuado podríamos darle una salida similar. Estamos poniendo en venta la mayor parte de nuestros edificios y locales en Madrid, donde contamos con más de una veintena, y los bancos de inversión están valorando nuestros 5.000 kilómteros de red de transporte de alta tensión que gestiona Red Eléctrica para su venta total o parcial. No pensamos por ahora deshacernos de la inmobiliaria Apex, que gana mucho dinero, 9.000 millones de pesetas el 2001, y seguimos adelante con la compleja valoración de los activos que vamos a transferir a la Coporación IBV, que compartimos con BBVA, y que en síntesis corresponden a participaciones y negocios no relacionados con el agua, las telecomunicaciones, el inmobiliario o la ingeniería.
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