'El Corán fue una auténtica revolución social en su tiempo'
Profesor de Pensamiento Árabe en la Universidad de Sevilla, Emilio González Ferrín (Ciudad Real, 1965) defiende una lectura cultural y universal del Corán, en 'un intento de abrir nuevas fronteras culturales de lo que se pretende en algunos medios que sea un asunto simplemente religioso'. Su obra La palabra descendida. Un acercamiento al Corán ha obtenido recientemente el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, dotado con 18.030 euros (tres millones de pesetas). Doctor en Filología Semítica y director del Centro de Estudios sobre Oriente Medio y África -un grupo de investigación de la Junta de Andalucía- González Ferrín imparte cada año a unos 300 alumnos una asignatura de libre configuración sobre el libro sagrado de los musulmanes. El profesor llama la atención sobre el creciente interés de los estudiantes, paralelo al desconocimiento general que existe en Occidente sobre el Corán. 'Hay gente, dentro y fuera del islam, que pretende que el Corán sea un asunto cerrado, cuando es un libro totalmente abierto a una lectura cultural y a todo el que quiera leerlo; no es de un pueblo en concreto', afirma el autor de este ensayo, que expone a lo largo de 300 páginas la historia, los personajes y el contexto cultural e histórico en el que se gestó, así como una biografía de Mahoma.
El Corán es un libro abierto a una lectura cultural; no es de un pueblo concreto
Su interés por esta obra surgió en un curso sobre creencia islámica en 1988 en El Cairo. 'Me sorprendió cómo el profesor era capaz de ofrecerme una interpretación abierta del islam siendo yo cristiano, y sin interés por convertirme', relata González Ferrín, que está interesado en una aproximación laica al Corán. 'Yo veo las religiones como idiomas para hablar con Dios. No necesito convertirme para entender sus verdades'.
Está convencido de que en Occidente existe una visión maniquea y tergiversada del islam. 'Hay grupos cerrados que plantean conversiones o rechazos a civilizaciones, y el Corán es una fuente de comprensión sin necesidad de conversión. Es una verdad cultural. Hay intelectuales en el islam que llevan siglos proponiendo una modernización ética, pero no resultan atractivos para los medios de comunicación', sostiene. Opina que esta corriente de renovación es la 'solución desde dentro al integrismo islámico'.
A su juicio, el islam y el Corán tienen un elemento civilizador, que es la 'concepción comunitaria del destino del hombre'. 'Éticamente es interesante. Va en contra del individualismo', aclara. Cree que en la actualidad se ha tergiversado el significado del libro. 'Trató de mejorar la situación de las mujeres, de los niños y de los huérfanos en su época. Fue una auténtica revolución social para su tiempo y lugar. Nadie diría que Europa basa sus derechos sociales en la Biblia, que es un texto racista y machista, escrito para una época determinada', explica. Y recuerda que el concepto de pueblo elegido se sigue aplicando en Israel. 'De las tres religiones monoteístas, la que no ha sabido adaptarse a los tiempos ha sido precisamente el judaísmo y, sin embargo, parece el islam el más radical'.
González Ferrín rechaza que se juzgue la parte por el todo y que cualquier acto violento se considere una consecuencia natural de esta religión. 'Lo que hacen algunos musulmanes no es el islam. También hay cristianos que matan a médicos abortistas y no se culpa de ello al cristianismo. Pero el islam es una caja de resonancia, si se tira una piedra al estanque, llama a todo el islam'. El trabajo de este profesor quiere facilitar una interpretación del Corán para no musulmanes: 'Creo que hay que trasladar valores éticos y sociales de ese texto a la cultura universal, como el Génesis o el Éxodo, sin tratar de sacar pautas de comportamiento políticas, sino éticas'.
Dice que el problema del islam es su intento de politización, 'afirmar que el pecado es delito'. 'Hay muchos musulmanes que no aceptan eso, admiten una cultura ética, que se puede hacer desde fuera', precisa.
En cuanto a islam y democracia, considera que es una realidad de cada país, no de la religión. 'El problema son las dictaduras, la militarización de la religión. Los pueblos no están sometidos por ésta, sino por las dictaduras que la utilizan. En estos países, el islam sería el cloroformo del pueblo más que el opio, un instrumento que se emplea como lucha de clases'. La separación de política y religión en muchos países musulmanes está frenada por la instrumentalización del islam por parte del poder. 'Las dictaduras no van a separar nunca nada. El poder no emana del Corán, emana del dictador, que nunca va a separar su voluntad personal y la política', dice.
El ensayo será publicado en primavera por la editorial Nobel. González Ferrín es autor de los estudios El diálogo euro-árabe y El modernismo islámico. A esta edición del premio Jovellanos, cuyo jurado presidió Sabino Fernández Campos, concurrieron 90 ensayos.
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