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Ramón-Llin responde a su fracaso en la crisis citrícola con el anuncio de ayudas contra la mosca

La oposición pide la dimisión de la consejera por su incapacidad para solucionar el problema

La consejera de Agricultura de la Generalitat, María Ángeles Ramón-Llin, respondió ayer al 'fracaso' con el que, según la oposición, se ha saldado su actuación en la crisis de las clementinas afectadas por el cierre de fronteras en Estados Unidos con el anuncio de un plan de lucha contra la mosca del Mediterráneo, excusa norteamericana detonante de un problema 'comercial' que ha supuesto cuantiosas pérdidas al sector. La oposición pidió la dimisión de la consejera y ésta les acusó de 'traicionar al sector' citrícola por dar argumentos a los americanos al decir que el problema de la mosca motivó el veto.

Ramón-Llin incurrió en contradicción durante su comparecencia en las Cortes, porque insistió en que la crisis de las clementinas es un problema 'comercial' y 'de Estado', al tiempo que reconocía la existencia del problema (mosca del Mediterráneo) al que los americanos atribuyen el veto citrícola anunciando un plan de lucha contra esta plaga, dotado con seis millones de euros (1.000 millones de pesetas). Ha hecho falta que EE UU arruine una campaña de comercialización y amenace la próxima para que el Consell se decida a aumentar la partida destinada a la lucha contra la Ceratitis capitata, una vieja demanda del sector. Además, y en la línea que defiende el Ministerio de Agricultura, Ramón-Llin asumió que hay que modificar el protocolo de exportación citrícola con EE UU, al señalar que la revisión del acuerdo 'puede ser perjudicial y no se va a aceptar cualquier protocolo'.

La consejera repasó el conflicto, iniciado el 30 de noviembre con el cierre de las fronteras a los cítricos españoles debido, dijo, a la 'supuesta aparición de dos larvas' en clementinas 'supuestamente' españolas. La mosca del Mediterráneo 'no originó el cierre de las fronteras', dijo la consejera, quien recordó que el de la mosca es un problema 'endémico' y que 'históricamente', en las exportaciones de cítricos 'siempre llega alguna naranja en mal estado'.

Ramón-Llin defendió la gestión del Consell y del Gobierno central en la crisis, aunque deslizó una crítica hacia el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, quien en plena polémica dijo que la crisis era muy importante para el Gobiernno pero que éste tenía 'otros intereses'. La consejera afirmó que se ha defendido al sector citrícola, que ha recibido 'todo el apoyo' ante una 'acción sin precedentes' por parte de EE UU, y agregó que se ha hecho 'toda la presión política' y se han emprendido 'acciones diplomáticas a todos los niveles' para solucionar el problema.

El mejor ministro

El portavoz socialista de agricultura, Antoni Lozano, calificó de 'crónica de un fracaso' el relato que había hecho la consejera. 'Lo primero era identificar el problema', dijo Lozano, 'y ustedes no lo hicieron; no era un problema fitosanitario, sino de comercio, y ustedes se han dado cuenta dos meses después'. Además, el diputado socialista dijo que se tendría que haber denunciado a EE UU ante la Organización Mundial de Comercio, un aspecto que Ramón-Llin obvió. Tras precisar que, en lugar de eso, el Consell ha optado por la 'diplomacia de la cabotà', Lozano se preguntó 'dónde estaba ese cacareado poder valenciano que tanto necesitaba el sector citrícola'. 'Si le queda algo de dignidad', le dijo a la consejera, 'váyase a casa, usted es la peor pedregà que ha sufrido el campo valenciano'.

Dolors Pérez, de EU, dijo que la crisis ha demostrado la 'traición' del Gobierno y la 'tolerancia' de la consejera. Según Pérez, Miguel Arias Cañete ha sido 'el mejor ministro que podía haber tenido EE UU para defender los intereses de los lobbies' que han forzado el cierre de fronteras. La diputada destacó que, mientras EE UU dedica 'partidas millonarias' a erradicar la mosca mediterránea, aquí 'se ponen parches'. Y sentenció que la consejera 'ha vendido al sector citrícola callando y otorgando'.

Joan Francesc Peris, del Grupo Mixto, dijo que este año 'ha habido más mosca que nunca' y que EE UU ha hecho a la Comunidad 'un favor con sus medidas proteccionistas'. Estas dos últimas intervenciones motivaron una dura reacción de Ramón-Llin, que tachó a Pérez y a Peris de 'embajadores de EE UU' y calificó sus afirmaciones de 'traición al sector', porque decir que la mosca es el problema que origina el veto le 'perjudica'.

El sector aplaudió el apoyo de Ramón-Llin, pero recalcó la necesidad de 'seguir presionando'.

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