Los sindicatos argentinos piden más salarios ante la subida de precios

Los dos principales sindicatos argentinos, de obediencia peronista, reclaman un aumento de salarios ante la previsible ola inflacionaria, consecuencia de la libre flotación del dólar que entró en vigor el lunes. El Gobierno estudia un aumento de precios en torno al 15% en el proyecto de presupuesto de 2002. La CGT disidente, que encabeza el líder de los camioneros, Hugo Moyano, presentó ayer un documento en el que pide un aumento del salario mínimo y de la jubilación, la revisión del presupuesto gubernamental, la eliminación del recorte salarial del 13% a jubilados y empleados públicos que decretó el Gobierno de De la Rúa, y la derogación de la ley de reforma laboral. Exige, además, acabar con la impunidad y que se encarcele a los que 'fundieron el país'.

La otra rama del sindicalismo peronista, la CGT oficialista de Rodolfo Daer, suscribe estas reivindicaciones que suponen el primer aviso al Gobierno de Eduardo Duhalde, que, desde que asumió el poder el 1 de enero, vive una luna de miel con las dos principales organizaciones de trabajadores. Sindicalistas, empresarios y políticos pondrán a prueba su capacidad de diálogo a partir de hoy en la mesa social, laboral y productiva que ayer se presentó públicamente, en el marco de la concertación que impulsa Duhalde junto a la Iglesia y Naciones Unidas.

La segunda jornada de cotización libre del dólar, que puso fin a 11 años de convertibilidad 1 a 1 entre el peso y la divisa estadounidense, transcurrió con una tónica similar a la del día anterior, con muchas ventas y pocas compras de dólares. El cambio fluctuó entre 1,80 y dos pesos, y la Bolsa cayó el 6%. El presidente argentino vaticina que el dólar seguirá bajando hasta colocarse en una franja entre 1,40 y 1,60 pesos por unidad, 'tal y como había previsto el Gobierno'. El optimismo de Duhalde descarta el peligro de la hiperinflación, aunque la realidad muestra que día a día numerosos establecimientos comerciales remarcan hacia arriba los precios.

No menos confiado se mostró el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, a su llegada a Washington para restablecer, según dijo, 'las relaciones civilizadas con el Fondo Monetario Internacional'.