Carlos Esplá, un republicano olvidado
El historiador Pedro Luis Angosto publica una amplia biografía del político y periodista alicantino
Pocos políticos ha tenido Alicante de la talla y proyección de Carlos Esplá, un republicano olvidado, con una vida apasionante que ha investigado minuciosamente Pedro Luis Angosto Vélez, que acaba de publicar Sueño y pesadilla del republicanismo español. Carlos Esplá: una biografía política. Un trabajo serio y riguroso que ha editado la editoral Biblioteca Nueva, con la colaboración de la Universidad de Alicante y la Asociación Manuel Azaña, y que nos acerca a la figura política y también periodística de este hombre (Alicante 1895-México 1971) de ideas progresistas, que sufrió dos exilios. El primero en la ciudad de París (1923-1930), y el segundo en México (1940-1971).
En el prólogo de esta biografía el profesor de la Universidad de Alicante Emilio Laparra aclara cómo uno de los objetivos principales del trabajo es 'rescatar la memoria de un individuo injustamente olvidado que ha desempeñado un papel fundamental en la España del siglo XX'; este libro 'no sólo es una colección de datos y acontecimientos; también ofrece al lector una visión globalizadora de un conjunto de aspectos básicos de la historia de España'.
El lector de esta biografía puede conocer la estructura social de Alicante en los albores del siglo pasado, las consecuencias negativas que tuvo para la economía local la crisis exportadora del vino de la Condomina a Francia, la construcción del popular barrio de Benalúa que impulsaron un grupo de empresarios conocido como Los diez amigos, o los primeros años del turismo madrileño que llegaba a Alicante a 'tomar unos baños'.
Estos acontecimientos marcaron la infancia del protagonista de la biografía, Carlos Esplá, que fue ante todo un personaje que destacó en el periodismo y en la política del siglo pasado. Miembro de una familia de la pequeña burguesía alicantina, comenzó escribiendo en la prensa local y regional, y fue uno de los principales promotores de la instauración de la Segunda República desde el primer exilio en París, donde colaboró con Blasco Ibáñez y Unamuno. Adquirió un protagonismo político destacado durante la Segunda República. Fue gobernador civil de Alicante y Barcelona, subsecretario del Ministerio de Gobernación y subsecretario de la Presidencia de la República con Manuel Azaña. Asumió el Ministerio de Propaganda en el inicio de la guerra civil. Durante su vida, según recuerda Pedro Luis Angosto, luchó siempre por mantener la unidad de los republicanos, pero en ningún momento 'es un líder de primera línea ni pretende serlo', matiza su biógrafo.
Uno de los apartados más interesantes del trabajo que acaba de aparecer es la abundante correspondencia de Carlos Esplá con políticos de la República como Indalecio Prieto, Azaña, Negrín, Giral o Martínez Barrio.
Pero en su acción política fue un personaje que se avanzó a su tiempo, y permitió, por ejemplo, que las mujeres que trabajaban en el puerto de Alicante pudieran disponer de una caja de socorro mutuo que les permitía, en caso de embarazo o enfermedad grave, percibir un subsidio; también proyectó con Indalecio Prieto la urbanización 'ordenada' de la playa de San Juan con la construcción de pequeñas fincas, teatros y amplias zonas verdes para uso y disfrute de los trabajadores. Y durante su actividad política luchó a favor de una escuela pública y gratuita para todos, en contra de la red de centros privados de la Iglesia católica.
El autor de la biografía, Pedro Luis Angosto (Caravaca, Murcia 1960), sintetiza con el título de este trabajo lo que fue la lucha de cientos de republicanos. Por una parte, el sueño de una sociedad más justa, y al mismo tiempo la pesadilla de las dictaduras que truncaron todas estas expectativas. El segundo exilio de Carlos Esplá en México 'fue más doloroso, porque sabía que no iba a volver', concluye Luis Angosto.
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